miércoles, 19 de agosto de 2009

Preguntémosle a los astros



Por Sam Fouilloux

Las noticias no son buenas hoy, tampoco ayer ni antier; la verdad es que desde hace tiempo no lo son. Desde que estalló oficialmente la mayor crisis financiera registrada en nuestro país, consecuencia de la debacle financiera global, de largos años de corrupción, de la ineficiencia administrativa, del saqueo flagrante de la clase privilegiada y de la sumisión eterna hacia el imperialismo, no sólo el poder adquisitivo simulado ha mermado considerablemente, sino también el ánimo de la gente.

Es verdad que leer el periódico amarga el ánimo, Fox honoris causa tenía razón cuando con sabiduría recomendó no leer para ser feliz (¡bendita sea su locura!), pero ¿cómo evitar vivir y respirar la tristeza y la desesperanza de la gente en la cotidianidad? Se olvidó de decirnos eso; o quizás habrá que consultarlo con los astros. Da igual.

El día de hoy dos noticias me enfurecieron y escandalizaron a la vez: las declaraciones del gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, y el reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) donde anuncia, con cinismo, el aumento significativo de las ganancias de la banca a pesar de la crisis económica.

En un análisis tan ingenuo como ofensivo a la inteligencia promedio del ciudadano, Guillermo Ortiz achaca el caos actual a errores estratégico-administrativos respecto a las exportaciones, a la baja recaudación de impuestos en comparación con otros países y a la utilización inadecuada de los excedentes petroleros; sin embargo, para los agachados*, no es un misterio que la ineficacia de la clase gobernante de antes y ahora no hizo bien su trabajo, nuestra miseria nos lo dice, y tampoco nos causa cierto malestar social (cito textualmente al gobernador del banco central) esta crisis.

Nos causa, por el contrario, un repudio aún más marcado por los oportunistas que se encuentran en el poder y que con desfachatez salen a hacer dichas declaraciones, nos causa ira que se burlen de nuestro entendimiento y que crean que los ciudadanos no comprendemos lo que está pasando en nuestro país: que están robando a manos llenas, que como nunca antes están oprimiendo a los trabajadores y que están pisoteado con descaro nuestra dignidad mientras ostenta el propio Guillermo Ortiz, por otro lado, que en el sector financiero, a pesar de todo, les ha ido bien, que aguantó. ¿Cómo no va a aguantar si es lo que les genera y asegura ganancias a la clase privilegiada? ¡El pueblo no tiene acciones en la Bolsa! ¿Qué le importa eso a los que vivimos al día? ¿Cómo nos podría consolar el hecho de que el sector financiero aguantó la catástrofe si no tenemos empleo, o si lo tenemos diario está en riesgo, o si no podemos pagar nuestras deudas, o si tenemos que emigrar hacia donde se pueda, o si no tenemos ni para comer? Para el pueblo es lo mismo, son palabras vacías las del gobernador del Banco de México.

La banca en general se ha destacado según las noticias. Las cosas son así, así es la vida. No sufran ni se acongojen. Mientras a unos nos va peor, a otros de mejor estrella o carta astral (podría decir el “intelectual” más cómico del sexenio pasado) les va mejor. El ejemplo más preciso son los bancos, que a pesar de la pobreza de sus cuentahabientes, han logrado incrementar significativamente sus ganancias a costa del futuro educativo de los hijos de los deudores, de la apropiación de algunos bienes o vayan ustedes a saber de qué otras cosas más. ¿Qué importa eso para los bancos? Eso no es problema de ellos. Su problema es cobrar excesivos intereses, inventar comisiones y asediar a los deudores, entre otras viles funciones, y, según el reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, lo han hecho magistralmente, puesto que, al igual que el sector financiero, ellos han logrado sortear con éxito esta crisis.

Así que seamos positivos y dejemos la depresión de lado que, no lo sabemos, puede ser que nuestra suerte cambie pronto. Todo depende de lo que digan los astros.

*Los Agachados del maestro Rius