México: Circo, maroma y teatro de Calderón ante el desplome del país y de él mismo
1. El llamado “Grito” de Independencia que cada 15 de septiembre ha sido una gran fiesta popular en el Zócalo de la ciudad de México, se convirtió anoche en un gigantesco espectáculo de sonido y luces de colores, aunque vigilado por decenas de miles de soldados del ejército y policías de todos los niveles. Fue un festejo, pero también una parada militar. El presidente de la República, que tradicionalmente había sido la figura principal en la ceremonia, pasó a tercer plano. Desde las seis de la mañana del día 15 –según pude observar- nadie podía entrar al Zócalo sin pasar por uno de los cinco arcos detectores de seguridad colocados en cada una de las diez bocacalles que concurren a él. Además, desde esa hora, más de mil militares protegían un espacio de 40 metros a lo largo del Palacio Nacional.
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