Pasará a la historia como el año de la crisis económica Pero debiera recordarse como el año de la quiebra del modelo económico.
Peor, imposible. No sólo por las pésimas calificaciones que afuera nos pusieron todos los organismos internacionales y los premios Nobel. Sino por la soberbia ignorante de calificar como un catarrito un sacudimiento que ya todo mundo anticipaba brutal e implacable. Aquí respondimos con bravatas lo que debió haber sido un esfuerzo racional y nacional.
Por eso duelen los números del desastre: más de un millón de mexicanos perdieron su empleo este año; 10 mil 700 empresas, de todos tamaños, desaparecieron en el mismo periodo; las ventas a los mercados foráneos se derrumbaron en 27 %; mientras que la inversión extranjera directa bajó en más de 7 mil millones de dólares, lo que evidencia nuestra pérdida de competitividad global. Todavía más: durante los tres primeros trimestres el PIB retrocedió 8.1 %en relación con el mismo lapso en el 2008; y si consideramos desde el 2006, el país simple y llanamente no ha generado riqueza. En suma, hay un pésimo comportamiento de la actividad económica, aun de aquélla que debería de crecer tan sólo por contar con un mercado interno de 107 millones de personas; peor aún, en el sector comercio la baja ha sido de más de 18%. |