1. Que los saqueadores y políticos estén en la calle gozando de sus riquezas y que decenas de miles de inocentes estén en las cárceles, ya es en México un “hecho común” que ya todo mundo sabe. Es tan repetitiva la frase como decir que debería ser lo contrario: que Salinas y Zedillo deberían estar tras las rejas por llevar al país a la bancarrota y mis admirados campesinos de Atenco, que encabezaban la lucha por la tierra y se solidarizaron con otras tantas batallas de explotados y oprimidos en México, deberían estar en libertad para seguir siendo parte de las luchas de liberación. Por eso varios hemos dicho siempre que el mundo está de cabeza y para ponerlo de pie debemos enfrentar decididamente a nuestros enemigos los opresores.
2. El ex presidente Salinas, queriéndose hacer chistoso, reconoce que dejó en 1994 la economía mexicana apenas “prendida con alfileres”, pero que el culpable del gigantesco desplome fue Zedillo que al tomar posesión de la Presidencia “le quitó los alfileres”. Pero qué gran cinismo de políticos encumbrados mientras el pueblo de México, en vez de enviarlo a la cárcel -o por lo menos colgarlo en el asta de la bandera del Zócalo- le importa un carajo el pleito entre los políticos. Pienso que siguiendo los “usos y costumbres” de los pueblos indígenas, esos dos personajes que han trabajado –y aún trabajan al servicio de los yanquis- se verían muy bien colgados en las dos torres de la catedral de México, en el centro del México destruido con sus políticas. |