jueves, 4 de febrero de 2010

MAL LE VA AL GOBER REYEZ BAEZA DURANTE VISITA A VELORIOS DE JOVENCITOS

‘Queremos justicia, no m�s mentiras...’. | Diario.com.mx:

Rocío Gallegos
El Diario | 04-02-2010 | 00:17 | Local |
“Queremos justicia, no más mentiras”, gritaron al gobernador José Reyes Baeza Terrazas parientes de los jóvenes masacrados en Villas de Salvárcar, mientras el mandatario realizaba un recorrido casa por casa para ofrecer sus condolencias a las familias de los fallecidos.

A voz en cuello, un grupo de personas le exigió al funcionario estatal que encuentre a los verdaderos culpables de la matanza que tiene ahora enlutadas a 16 familias juarenses.

“El que agarraron, los que dicen que son los asesinos no lo son, queremos a los verdaderos culpables”, clamó con evidente coraje Patricia Dávila, tía de los hermanos Marcos y Luis Piña Dávila, en medio de una protesta que realizaron ayer sin importar la lluvia que en esos momentos arreció.

La mujer explicó que su apreciación se basa en el tipo de arma que la autoridad señala como la usada en ese hecho y las heridas recibidas por los fallecidos y lesionados.

Entre las peticiones que a gritos le hicieron a Baeza Terrazas estaba que si las autoridades estatales no pueden resolver los homicidios, que pidan ayuda, incluso de Estados Unidos.

“Si no puede el gobierno de aquí, que nos ayuden otros gobiernos, pidan ayuda al gobierno del vecino país, acuda a Estados Unidos”, gritaban familiares y amigos de los deudos, quienes montaron una protesta al final de la calle Villa del Portal al darse cuenta de que el mandatario arribó de sorpresa hasta ahí, donde la noche del sábado matones acribillaron a 28 personas, 16 de ellas víctimas fatales.

Algunas personas escribieron en cartulinas la exigencia para que la procuradora general de Justicia en el Estado, Patricia González Rodríguez, renuncie al cargo ante –externaron– la ineptitud que ha mostrado a lo largo de su gestión.

“Procuradora Patricia no hay apoyo tuyo mejor renuncia”, se leía en algunas de las cartulinas levantadas bajo la lluvia por los deudos que se manifestaron durante la visita del mandatario estatal a la calle Villa del Portal.

Aunque Reyes Baeza no respondió a los manifestantes que lo reprendieron con severidad al llegar a la casa de la familia Piña Dávila, en los encuentros privados que tuvo en el interior de sus viviendas con los seres queridos de los asesinados, el funcionario les ofreció que los crímenes no quedarán impunes.

Sin embargo, los deudos le pidieron que lo demostrara con hechos. “En estos momentos no confío en nadie, si quiere que confíe en usted haga algo, quiero hechos”, le dijo Luz María la mamá de Marco y Luis.

“No quiero que vaya a agarrar a gente inocente como los asesinos”, le advirtió la mujer que ayer mostraba los estragos de mantenerse prácticamente en vela desde la noche del sábado, cuando sus dos únicos hijos fueron asesinados.

Esta fue la última de cinco casas que ayer recorrió el mandatario para dar condolencias a las familias de seis personas que a esa hora aún eran veladas. También visitó a los deudos de Jaime Rosales, el contratista que fue sepultado el martes.

A todos les sorprendió la llegada del mandatario, quien en todo momento estuvo rodeado de guardaespaldas.

Éste arribó acompañado de su representante local, José Luis Canales de la Vega, quien trató de disipar la intención de los manifestantes de confrontar a Reyes Baeza, quien se negó a responder los cuestionamientos de los representantes de los medios de comunicación en ese lugar.

La primera vivienda a la que llegó Reyes Baeza fue la número 1322, donde se velaba el cuerpo de Jesús Armando Ortiz, de 15 años y alumno de la secundaria Técnica 80. A su salida, dos ciudadanos lo increparon con gritos de “¡Justicia, queremos justicia!” y “¡no tienes vergüenza, qué haces aquí!”

Al salir de ahí se dirigió a la casa 1319, la de José Adrián Encina Hernández, el alumno del Cobach 9, a quien hace unos meses le entregó en sus manos un reconocimiento por sus excelentes calificaciones.

Enseguida ingresó a la vivienda 1319, donde estaban tendidos los primos José Luis Aguilar Camargo y Horacio Alberto Soto Camargo. El padre de este último adolescente se retiró de la casa porque no quiso recibir al mandatario.

Caminando por la cuadra, llegó también a la casa de Jaime Rosales, para por último acudir hasta la capilla ardiente montada por la familia Piña Dávila en el interior de su morada para sus dos únicos hijos asesinados.

Ahí ya lo esperaban un grupo de familiares y amigos de los deudos con pancartas y gritos.

“¡Queremos justicia, esto es intolerable!”, lo espetó un hombre, al que el funcionario le extendió la mano al tiempo que le respondió que “en eso están trabajando”, para luego apresurar el paso.

Así, casi corriendo, cruzó al grupo de manifestantes, a quienes al salir sólo volteó a ver mientras abordaba la Suburban blanca donde era trasladado.