El PRIAN en su laberinto | |
Ricardo Monreal Ávila | |
Todo político que se dé a respetar debe violar sus pactos. (1) En política, sólo los (tont)ejos dejan por escrito sus (tont)ejadas. (2) Gonzalo N. Santos Los funcionarios federales sólo pueden realizar aquellas funciones que expresamente les mandata la Constitución (artículo 124). Ni en la Carta Magna ni en el texto vigente de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, específicamente en ninguna de las 32 funciones que el artículo 27 asigna expresa y puntualmente a la Secretaría de Gobernación, aparece el de fungir como “testigo de honor” de pacto alguno entre fuerzas políticas. Mucho menos, el de promover, atestiguar, avalar o sancionar alianzas o pactos electorales, ya que esto, en todo caso, es competencia exclusiva del IFE. La presencia del secretario de Gobernación del gobierno federal y del secretario de Gobierno del Estado de México, con sus respectivas firmas estampadas en el pacto suscrito entre los dirigentes nacionales del PRI y el PAN el 30 de octubre de 2009, pudo haber quedado en una extralimitación de funciones o competencias. Pero esa falta deviene en violación y atropello grave de la Constitución, cuando la contraprestación de ese pacto para evitar alianzas electorales entre partidos con ideologías “contrarias” en una entidad federativa, fue la aprobación de una Ley de Ingresos cuyo diseño y contenido es facultad exclusiva, intransferible e inalienable de un poder distinto al Ejecutivo, el Congreso de la Unión (artículos 73 y 74). Es decir, al fungir como “testigos de honor” de un pacto en el que esencialmente se intercambiaron impuestos federales por protección política local, los secretarios de gobierno de la Federación y del Estado de México no sólo se extralimitaron en sus funciones, sino que usurparon las de otro poder constitucional. Leer mas...AQUI |
Detrás de la Noticia | |
Ricardo Rocha | |
La tragicomedia de los Pinochos | |
Ya me los imagino en torno a una mesa en la penumbra de la noche. Todos hablando a media voz. Todos sintiéndose infalibles. Con las bocas torcidas por el menosprecio a los demás. Al fin y al cabo ellos son los señores y dadores de vida. Los dueños del destino de los idiotas que están allá afuera. Los que deciden cuánto hay que quitarles esta vez. Los que se han repartido el país. Los que mandan. Según ellos. Casi casi los estoy viendo: doña Beatrice, Don Cesare, don Fernandone y el consigliori de don Enrico il Copeti di tutti Copeti. Todos con sus aires de perdonavidas haciendo un contrato de compra-venta, de qué si no de conveniencias y compromisos, porque sus principios ya no valen absolutamente nada. La delimitación oportunista de sus territorios a cambio de volver a encajarle el diente a los de siempre. Ahí están, tragando sapos sin hacer gestos, haciendo política a la mexicana, en las oscuridades vergonzantes. Con los rostros ajados por las vengativas marcas de los excesos del poder; con las medias sonrisas de la complicidad documentada. Porque eso sí, los estúpidos se obligaron a firmar uno a otro en una ridícula omertá supuestamente garantizada en los papeles que cada uno se llevó. Leer mas...AQUI |
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