MÉXICO, D.F., 1 de marzo.- Es una lástima que algunas figuras públicas aún no se acostumbren a vivir bajo las reglas de la democracia. Añoran el autoritarismo del pasado, cuando el Poder Legislativo servía a los intereses del partido en el poder y los legisladores se prestaban a ser meros levantadedos para aprobar las iniciativas del Presidente de la República. “No hay nada más que discutir, hay que votar y punto”, declaró Jorge Castañeda con desesperación a propósito del desplegado No a la Generación del No, que organizó junto con Héctor Aguilar Camín y Federico Reyes Heroles. “Amigos legisladores: aprueben las reformas (de Calderón)”, ordena con soberbia el puñado de exgobernantes, exfuncionarios públicos, intelectuales y periodistas abajo firmantes.
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