“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio” -Marco Tulio Cicerón-
Si todavía existía alguna duda en la actuación torcida de nuestras instituciones, a partir del “CAMBIO CONCERTACESIONADO” con Vicente Fox Quesada, que redimensionó en los pantanos de la corrupción y la impunidad, dándole manos libres a sus entenados insaciables, hijos del veterinario Bribiesca y la Dulcinea Martita Sahagún ; hasta el arribo ilegítimo de Felipe Calderón Hinojosa , presuntuoso hombre de “LAS MANOS LIMPIAS Y PASIÓN POR MÉXICO” que están arrinconando la gobernabilidad en su más peligrosa incompetencia, convirtiendo el uso del poder público, como instrumento inquisidor que castigue sin clemencia y carente de todo principio de respeto a los derechos humanos y elemental equidad, con linchamientos mediáticos sobre pedido; donde al final lo que menos interesa es la justicia, sino los beneficios que de ella se puedan obtener en gracia de los cacicazgos estatales o grupos fácticos de ideología adaptable a los tiempos o circunstancias multicolores politiqueras. Si con Vicente Fox se vio los efectos en los denominados “Acuerdos Inconfesables” para la transmutación del 2000, donde la moneda de cambio fue la protección integral del PRIAN, mantener el modelo económico inhumano -entre otros- ahora con el disfuncional FCH y Cártel; la voracidad ha traspasado todos los límites y está en plena ruta de colisión bicentenaria. Los eslabones en la cadena infinita de la vileza se ha dimensionado en estos últimos días, siendo la Procuraduría de Justicia del Estado de México, la incorregible PGR y SEGOB , complemento perfectamente mediocre del conjunto usurpador del 2006, quienes se llevan las medallas de oro de la pedante estupidez. |