El Partido del Trabajo (PT) decidió no integrar alianzas electorales ni con el PRI ni con el PAN en ninguna de las elecciones para gobernador que tendrá lugar el próximo 4 de julio en 12 entidades federativas. La excepción que confirma la regla es Oaxaca, donde el candidato Gabino Cué tiene una tradición de lucha electoral al lado de las fuerzas de izquierda desde hace nueve años por lo menos, y su origen es el Partido Convergencia, una organización que tiene una tradición de alianzas nacionales y locales con el PT y el PRD.
Es importante resumir las principales razones que motivaron a su dirigencia y órganos de gobierno a tomar esta decisión, después de varias semanas de intensos debates internos.
1. Alianzas para fortalecer a la izquierda, no para desdibujarla. La izquierda partidista mexicana atraviesa por una crisis de representación, caracterizada por una contracción en su votación, una pérdida significativa de gobiernos locales y una disminución en su presencia legislativa. En este contexto, las alianzas se vuelven fundamentales para volver a crecer, siempre y cuando sean coaliciones con organizaciones ideológica y políticamente compatibles, como el PRD y Convergencia, ya que en cualquier otro escenario se potencia el riesgo de ser subsumidas, absorbidas o desdibujadas por los partidos dominantes de derecha. Aliarse con el PRI o el PAN implicaría dejar sin opción partidaria a los ciudadanos simpatizantes con la izquierda electoral y, de paso, acelerar el proceso de instauración de un bipartidismo de facto que es el sistema de concentración de poder que más promueve la derecha conservadora mexicana, en detrimento de un pluralismo político progresista, que es la opción donde más pueden crecer y desarrollarse la izquierda mexicana y las nuevas expresiones políticas |