MÉXICO, D.F., 20 de julio (apro).- No son tecnócratas porque su paso por la alta burocracia financiera es inexistente, sus doctorados no brillan y su especialización en las áreas que ocupan es prácticamente nula. No son gerentes como el gabinete de Vicente Fox porque ninguno ha administrado una empresa propia, aunque varios hayan sido empleados de trasnacionales. Y sólo uno de los más cercanos, Juan Camilo Mouriño, aspiró a ser heredero de una serie de empresas familiares de dudosa procedencia y heredero fallido del gobierno de su amigo.
Tampoco constituyen una clase política porque para eso se requiere liderazgo, cohesión, proyecto claro, redes múltiples entre las elites y capacidad de operación política. Ya ni pensar que se trata de futuros candidatos presidenciales porque cualquier sondeo de opinión indica que son conocidos, si acaso, por sus familiares.
En realidad, el equipo más cercano a Calderón es una colección de nanócratas. Es decir, especialistas en la millonésima parte de su materia de estudio. Tan infinitesimales como su trayectoria. Tan efímeros como el parpadeo de un sexenio frustrado. Surgieron como generación espontánea porque tampoco tienen carrera de partido –salvo su jefe que llegó a dirigir a Acción Nacional-, si acaso los vincula su paso sin huella por la Escuela Libre de Derecho y la apropiación de las áreas clave de gobierno (Los Pinos, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Desarrollo Social y buena parte de las decisiones en materia de seguridad pública e inteligencia política).
Leer mas...AQUI
Tampoco constituyen una clase política porque para eso se requiere liderazgo, cohesión, proyecto claro, redes múltiples entre las elites y capacidad de operación política. Ya ni pensar que se trata de futuros candidatos presidenciales porque cualquier sondeo de opinión indica que son conocidos, si acaso, por sus familiares.
En realidad, el equipo más cercano a Calderón es una colección de nanócratas. Es decir, especialistas en la millonésima parte de su materia de estudio. Tan infinitesimales como su trayectoria. Tan efímeros como el parpadeo de un sexenio frustrado. Surgieron como generación espontánea porque tampoco tienen carrera de partido –salvo su jefe que llegó a dirigir a Acción Nacional-, si acaso los vincula su paso sin huella por la Escuela Libre de Derecho y la apropiación de las áreas clave de gobierno (Los Pinos, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Hacienda, la Secretaría de Economía, la Secretaría de Desarrollo Social y buena parte de las decisiones en materia de seguridad pública e inteligencia política).