En 2006 creí que no iba a sentir indignación más profunda que la que me provocó el fraude electoral. ¡Qué equivocado estaba hace cuatro años!
Es que, si bien resultó ser una afrenta contra la voluntad popular mexicana el hecho de que la oligarquía haya impuesto a su candidato de forma arbitraria y antidemocrática; no obstante, resultó ser de mayor gravedad lo que le sucedió a este acontecimiento: una guerra que ha causado, hasta el día de hoy, 35 mil muertes; un incendio provocado a causa del nepotismo y la negligencia que dejó a casi medio centenar de niños muertos; un pésimo manejo a una epidemia que frenó la economía y propagó el miedo; una crisis económica terrible por mantener las políticas económicas del viejo régimen; una campaña de odio y pánico que le han restado libertades a los ciudadanos y han bipolarizado a la sociedad. Por consiguiente, vuelvo a manifestar mi repudio total hacia la mafia política, hacia el gobierno usurpador y hacia los oligarcas rapaces que han ocasionado la crisis social por la cual atravesamos.
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Es que, si bien resultó ser una afrenta contra la voluntad popular mexicana el hecho de que la oligarquía haya impuesto a su candidato de forma arbitraria y antidemocrática; no obstante, resultó ser de mayor gravedad lo que le sucedió a este acontecimiento: una guerra que ha causado, hasta el día de hoy, 35 mil muertes; un incendio provocado a causa del nepotismo y la negligencia que dejó a casi medio centenar de niños muertos; un pésimo manejo a una epidemia que frenó la economía y propagó el miedo; una crisis económica terrible por mantener las políticas económicas del viejo régimen; una campaña de odio y pánico que le han restado libertades a los ciudadanos y han bipolarizado a la sociedad. Por consiguiente, vuelvo a manifestar mi repudio total hacia la mafia política, hacia el gobierno usurpador y hacia los oligarcas rapaces que han ocasionado la crisis social por la cual atravesamos.