- Elizabeth Saraí estudia comunicación y el día 19 debe presentar su examen profesional
- Édgar Adrián iba a comprar un regalo para su hijo; su caso es grave, enfrenta una acusación directa
Detención de un joven en las afueras de San Lázaro, el sábado pasadoFoto Alfredo Domínguez
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
Jueves 6 de diciembre de 2012, p. 12
Jueves 6 de diciembre de 2012, p. 12
Elizabeth Saraí estudia comunicación y fue a
comprar un celular; Regina acudió a tomar fotos, igual que Alejandro
Sandino. Édgar Adrián quería comprar un cómic para su hijo, y Jessica
Viviana reporteaba para la revista Molino de Letras. Todos tienen en común haber confluido entre las 12 y 14 horas en el centro de la ciudad. Hoy se encuentran en prisión.
De las 11 mujeres que fueron detenidas en la jornada de disturbios
del pasado primero de diciembre en el inicio del gobierno de Enrique
Peña Nieto, Elizabeth Saraí enfrenta una imputación directa, debido a la
acusación de un policía. Se le responsabiliza de la destrucción de
semáforos y de incitar a los manifestantes a lanzar bombas molotov.
Su hermano Mario Gabriel López Montenegro afirma: “esto es peor que Presunto culpable.
Mi hermana fue detenida en el Monumento a la Revolución, y los policías
dicen que la apresaron en avenida Juárez. Iba con mi padre y una amiga
para comprar un celular.”
Elizabeth Saraí, de 21 años de edad, y quien este 19 de diciembre
debía realizar su examen profesional para titularse como licenciada en
comunicación por la Universidad del Valle de México (UVM), está recluida
en Santa Martha Acatitla, donde aún permanece en un área de
observación, junto con 10 jóvenes más.
Judith Gómez Contreras es otra de las jóvenes imputadas. Se trata de
una cineasta, quien realizó un documental en colaboración con el
Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional
Autónoma de México sobre las condiciones de reclusión en el centro de
detención de Santa Martha Acatitla. Fue apresada cuando se encontraba en
las calles del Centro Histórico.
Jessica Viviana Reyna Camargo, estudiante del quinto año de
agroecología de la Universidad Autónoma de Chapingo, se trasladó desde
el estado de México a la capital del país para reportear la jornada de
protestas. Esto hacía en las inmediaciones de la Plaza de la República
cuando fue detenida.
Regina López Martínez es otra de las jóvenes que enfrentan cargos por
disturbios a la paz pública. Servía mesas en un restaurante de la
colonia Roma, oficio con el que sufraga los pagos de su escuela de
fotografía.
De ahí su interés en tomar incidencias de los hechos del
primero de diciembre. Ricardo Trabulsi, director de la Academia de Artes
Visuales donde López Martínez cursa sus estudios, asegura:
A Regina la detuvieron en las calles de Filomeno Mata y 5 de Mayo, pero en su expediente ubicaron su detención en avenida Juárez, donde se realizaron los peores saqueos.
Édgar Adrián Pasarán Nieto es obrero en una fábrica de cartón.
El pasado sábado acudió al Centro Histórico porque quería comprar un
cómic para su hijo. Acompañado de su esposa María Eugenia intentaron
salir de la zona donde se presentaban los disturbios, pero
fue imposible. Se nos vino encima la gente. Mi esposo me protegió, pero a él se lo llevaron.
Su abogada, Lizbeth Lugo, señala que su caso es
otro de los graves, porque hay imputación directa de un policía que afirma que con un cuchillo pretendió agredir a los uniformados, pero no se han presentado pruebas fotográficas o de video.
Alejandro Sandino Jaramillo Rojas es otro de los jóvenes detenidos el
pasado sábado. Estudiante de fotografía y vendedor ambulante, acudió a
la jornada de protesta como parte de sus proyectos profesionales,
asegura Martha, su madre .
Desde pequeño fue inquieto y la fotografía ha sido su pasión. Como no pudo seguir estudiando, cuando pudo saco la secundaria por el sistema del INEA, y logró presentar su examen de ingreso a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde cursa sus estudios de bachillerato.
Lo detuvieron entre varios policías, narra, cuando intentaba rescatar a un joven.
Supe por la televisión que mi hijo se encontraba entre los detenidos. Venimos del estado de México, y como pude me fui al Ministerio Público, a las 4 de la mañana del domingo lo pude ver, pero sólo tres minutos. Ahí nos dijeron que los trasladaban al Reclusorio Norte, y que nos darían sus pertenencias, pero de sus dos cámaras fotográficas ya no hemos sabido nada.
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