- Cárdenas legitimador
- Embajada y petróleo
- Batel, Robles, Ahumada
- IFE contra AMLO
Julio Hernández López
Dos entrelazados litigios
políticos de fondo van decantándose a favor del PRI, de Carlos Salinas
de Gortari y de Enrique Peña Nieto. Uno de ellos conlleva una virtual
rendición histórica, al aceptar Lázaro Cárdenas Batel (LCB) un cargo
diplomático en la actual administración priísta, que es una continuación
reivindicatoria de los intereses de quien se hizo del poder un cuarto
de siglo atrás entre acusaciones cuauhtemistas de fraude electoral. No
es solamente que alguien del núcleo de la división priísta que dio
origen al PRD acabe colaborando con un gobierno de tres colores, sino
que ese gobierno sea ejercido por alguien que a su vez sea guiado por el
personaje por cuya causa y contra quien se produjo aquella división. En
1988, Fidel Castro convalidó la instalación de Carlos Salinas de
Gortari en el poder mexicano y ahora el hijo de quien denunciaba fraude
electoral en aquella ocasión va a La Habana como representante de otro
gobierno impugnado que, además, es una prolongación de ese salinismo.
El segundo conflicto político mencionado líneas arriba es de fecha
más reciente y tiene como eje la guerra declarada desde el gobierno del
Distrito Federal por Andrés Manuel López Obrador contra la coalición de
intereses formada por Rosario Robles, Carlos Ahumada y el propio
Cárdenas Batel. Luego de un largo trayecto difícil, los tres personajes
están en plena rehabilitación pública. El Michoacán dominado por las
bandas del narcotráfico que fue heredado al dúctil Leonel Godoy acabó
siendo recuperado por el PRI a pesar de los infortunios médicos de
Fausto Vallejo, pero LCB ha caminado sin salpicaduras posteriores, a
grado tal que en la anterior búsqueda de un dirigente nacional
perredista se le mencionó como un posible líder
de unidady ahora reaparece en el terreno diplomático para dar viabilidad a pactos políticos y energéticos. Robles, como es sabido, es la ejecutora consentida del salinismo en materia de desarrollo social, con la mira puesta en construir una base carlista de
izquierda modernaque participe en próximas contiendas. Y Ahumada, habiendo recuperado lo que pudo de su fortuna oscura, ya se asoma por tierras mexicanas, en comidas con personajes de poder, restaurado.
Ahora bien, la muy concertada postulación del más reciente gobernador
de los Cárdenas en Michoacán para representar al gobierno federal
priísta en La Habana tiene como antecedente el sostenido regateo
electoral del jefe dinástico hacia las campañas presidenciales de López
Obrador. En 2006 fue una cancelación abierta de apoyo y en 2012,
aprovechando las veleidades de la República del Amor, se produjo una
aparente reconciliación de fachada entre Cuauhtémoc Cárdenas y AMLO que,
como en su momento se dijo en esta misma columna especuladora, era un
error táctico que solamente acabaría rehabilitando y encareciendo piezas
de la
izquierdao el
progresismopara beneficiar al PRI, especializado en aprovechar desde el poder las ofertas del mercado.
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