Bernardo Bátiz V.
Los debates sobre la privatización del petróleo no han sido inútiles; desde el primer foro organizado por el Frente Amplio Progresista, en la Antigua Escuela de Medicina en la Plaza de Santo Domingo, se aportaron algunos argumentos valiosos para la ilustración de quienes tienen interés en este punto crucial, que con posterioridad, se han presentado nuevamente y ampliado en las consultas a que convocó el Senado de la República.
Uno de estos elementos, que en mi opinión no debe pasarse por alto, fue la llamada de atención sobre la definición constitucional del petróleo y sus derivados, como área estratégica de la economía; la presentación de este argumento lleva necesariamente a reflexionar en lo absurdo que es entregar un área estratégica al enemigo, al competidor si se quiere suavizar el término, puesto que lo que se pretende con las iniciativas en tela de juicio es otorgar concesiones y contratos (expresamente prohibidos en el 27) precisamente a las empresas que son rivales o competidoras de Pemex.
El otro elemento de discusión que se incorporó en la Escuela de Medicina fue el planteamiento de don Juventino Castro y Castro, ministro de la Corte, actualmente jubilado, sobre la posibilidad de una consulta popular mediante la cual se pida a los ciudadanos de este país que expresen su opinión sobre la controversia.
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