Ricardo Andrade Jardí
Y mientras Turquía (mitad Europa, mitad Asia) lograba la histórica hazaña de meterse en los cuartos de final de la Eurocopa, remontando en el último cuarto de hora un marcador que le era adverso contra la República Checa, la selección mexicana, con un fútbol de piratería barata, logra apenas vencer, como inequívoco reflejo de lo que hoy es el México de la usurpación fecalista, a una básica Belice, rumbo a su clasificación a Sudáfrica 2010.
En fin, por lo pronto y mientras la mentira, la corrupción y la impunidad de la institucional “Democracia Corporation S.A.” nos imponga el viento, será difícil que veamos un fútbol de corazón, como al que apeló Turquía para derrotar, con todo en contra, a los engreídos checos, quienes daban por hecho lo que no lo era.
El fútbol tiene esa rara cualidad de ser como un escenario vacío, donde durante 90 minutos podemos ver un reflejo microscópico del macrocosmos de una sociedad determinada frente a su realidad concreta.
La selección mexicana, manipulada por los poderes de facto (telecráticos) y patrocinada por la mierda cola, no encuentra rumbo, pues la impunidad corrompe la esencia de lo que representa, al igual que el desgobierno usurpador de Fecal, que no atina a decir una sola verdad sobre la realidad mexicana, va por el mundo ofreciendo lo que no es suyo,
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