sábado, 1 de noviembre de 2008

Palabras al viento contra la pavorosa corrupción

Conjeturas

Alvaro Cepeda Neri

Casi en secreto tuvo lugar, al parecer en la capital del país, una Conferencia (la primera o la enésima, que para sus efectos es lo mismo) titulada: Regional Latinoamericana de compromiso y cooperación en la lucha contra la corrupción y el cohecho, en cuyo desarrollo algo o mucho tuvieron que ver la OEA y la OCDE (la Organización de Estados Americanos y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Y también parece que fue el panista michoacano (ver su ficha en el diccionario de Mireya Cuéllar: Los panistas) Vega Casillas formado políticamente en la derecha puesta en marcha por la activista Mary Dóddoli, sumándose a la campaña foxista, con un antecedente: es muy amigo del inquilino de Los Pinos y a eso debe su ascenso como titular de la Secretaría de la Función Pública.
Dicho sea de paso lo de Función Pública es un nombre ambiguo, pero su trabajo es, entre otros, el de contraloría interna para todo el sistema administrativo-burocrático del Poder Ejecutivo Federal o sea la Presidencia de la República. El titular, pues, se llama Salvador Vega Casillas y sustituyó a Germán Martínez actual presidente de Acción Nacional.
Es una dependencia que desde su fundación solamente figura como parte del organigrama del presupuesto de egresos, ya que su gasto corriente (pago de nómina y otros gastos) no ha significado mayor servicio a la causa fiscalizadora y consignación de servidores públicos pillados en la corrupción. No ha pasado de dar de baja a uno que otro y decretar que no pueden, en cierto tiempo o definitivamente, ser contratados en el servicio público.
Vega Casillas, nos informan los reporteros: Antonio Gurrea y Armando Estrop (El Financiero y Reforma: 30/IX/08) anda, entre alarmado y ocupado, muy a las vivas sobre los actos de corrupción al grado de que ha presentado 55 denuncias penales y que se investiga los patrimonios de funcionarios involucrados en las denuncias.
Empero, no hay encuesta donde el gobierno calderonista (por lo que hace a la administración pública federal) no resulte calificado como ahogándose en una pavorosa corrupción. Es sabido cómo los servidores (que se sirven de los dineros públicos) declaran un patrimonio y salen con el triple. O lo de aquellos que declaran seis casas, varios automóviles y un “ahorro” millonario, sin tenerlos (ya que nadie verifica) y cuando se van de la burocracia han robado tanto que coinciden las declaraciones patrimoniales.
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