Ricardo Andrade Jardí
Como si estuviera segura del nivel “intelectual”, que es ya un decir, del usurpador de “las manos limpias”, la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, no se cansó de repetir que para salir adelante los países emergentes, deben “unir esfuerzos, recursos y sobre todo neuronas”.
La opaca visita de Fecal a la Argentina como “jefe del Ejecutivo” usurpador de México y pese a los esfuerzos de la telecracia de hacer del evento algo más de lo que en realidad fue, se vio impregnada de la realidad nacional mexicana, dado que en los primeros días de la semana la cifra de ejecutados, en el “México de las manos limpias”, superaba el medio centenar y la noticia se reproducía en los diarios más importantes del continente incluso antes que la nota “oficial” de la visita de Fecal a la Argentina, con la que decían que se busca, entre otras cosas, acuerdos para frenar el narcotráfico, dado que la red mexicana de efedrina golpea ya la vida cotidiana de Argentina. Siendo el único evento destacable aquel en el que Cristina Fernández le mostrara el trabajo de restauración y rescate de un mural del pintor y militante comunista David Alfaro Siqueiros, realizado en Buenos Aires, en la primera mitad del siglo XX. Aunque, presumiblemente, Fecal y su mediocre y oscuro gabinete, nada sepan, absolutamente nada al respecto, puesto que su adiestramiento “americano” no les habrá mencionado nada sobre el muralismo mexicano y menos aún sobre su influencia mundial en el movimiento plástico. Y mientras Fecal intenta, por decreto, “lavar las manos de García Luna”, tan sucias como la conciencia de Lady Macbeth, lo que destaca en el mundo es la corrupción ya de fama mundial de nuestras (mexicanas) policías y por lo que toca a lo de emprender nuevas campañas de “lucha contra el narcotráfico”, Eugenio Raúl Zaffaroni, ministro de la Corte argentina, en un plática con estudiantes del conurbado bonaerense, menciona que, como ya se sabe, “no hay distribución de tóxicos sin connivencia oficial” y diferencia, ante la pregunta sobre la eventual despenalización del consumo de drogas, entre “advertencia” y “prohibición”; “La tenencia para propio consumo es una cuestión moral; es un agredirse a sí mismo y está fuera del control del Estado”.
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