Julio Hernández López
■ Jefas de jefes
■ El poder de las televisoras
■ Temporada legislativa de patos
El mismo martes en que frente a Televisa Chapultepec se exigía un tratamiento responsable, plural y equilibrado de la realidad nacional, en el Senado se producía una nueva muestra de sometimiento del poder político formal a la fuerza superior de los consorcios televisivos. Mientras Andrés Manuel López Obrador mencionaba que a unos pasos del Metro Balderas estaba una de las sedes del auténtico “poder de poderes”, el PAN y el PRI entonaban a unos pasos de lo que fue el teatro Fru Fru el corrido procesal legislativo de las electrónicas jefas de jefes.
A la exigencia masiva de apertura de la programación televisiva a información, voces y opiniones distintas a las que hoy constituyen un virtual monopolio de la “verdad”, la empresa cuyo principal accionista es Emilio Azcárraga Jean respondía mediante una risible carta de enunciación de buenos propósitos de cobertura periodística. En la cámara con sede en la calle Xicoténcatl, en cambio, la presión de los cabilderos de Televisa y de Televisión Azteca (ésta, representada activamente por el legislador priísta Jorge Mendoza, quien fue vicepresidente del negocio dirigido por Ricardo Salinas Pliego) logró que ciertos senadores clave escenificaran el milagro decembrino de hacerse patos para, mediante trucos de omisión y dilación, dejar de acompasar textos legales que los barones de la televisión no desean que tengan aplicación real y así, a través de esas indefiniciones practicadas por miembros priístas y panistas de comisiones dictaminadoras, dejar en el limbo (papalmente declarado inexistente) los intentos hechos de 2006 a la fecha en busca de establecer formas legales de corrección y control del poder de las televisoras.
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