CARNE DE JESUITAS (Marcos Guillen)
Por Lerolico
Conocida vieja historia
de quien dobla las manitas:
si así lo criaron curitas
al Guillen en oratoria
al cursar preparatoria,
hicieron de él un chulo
le bendijeron su culo
cantando rezos a un santo
¿Qué jesuita con su manto
le robó virginidad
prometiendo santidad
y le dio pene entre tanto?
‘Orate frates’ decían
rezando siempre en latín
quien no lo sepa es balín
insistentes repetían
y al guillen le acometían
un lavado de cerebro.
‘Ego te absolvo’ el culebro
-le decían al confesarse-
de penitencia ha de hincarse
mientras el culo le quiebro.
¿Ya se te olvidó Guillén
que en el ‘Triangulo’ en Tampico
ibas a rentar el chico
a quien te pagara bien?
¿Y me contó no sé quien
que a Corripio lo besabas
y hasta pendejo te hincabas
en la misa del domingo,
fingiendo rezar un chingo
y de santo te la dabas?
Gentes como tú conozco
que fingen ideología
para tener canonjía,
pero resultan un fiasco
y en los hechos son grotescos
porque se tapan la cara,
seguro tu idea no es clara
porque de frente no miras
¿Te compró acaso Salinas
para usarte de mampara?
Es por demás sospechoso
que salgas de vez en cuando
y curioso, siempre hablando
en discurso bochornoso
contra la izquierda doloso.
Ya estamos hasta la madre
y por tal el grito es grande,
no se ha roto un solo vidrio:
es tu muina eso es notorio;
por eso atacas cobarde.
Del Chairel hasta Árbol Grande
la Morelos, Cascajal
de ahí mero es mi arrabal,
del mercado fui quien vende
donde la carne se expende.
Conocí a buenas personas
pero ninguna cabrona
así como trais tus tripas,
denigras a Tamaulipas
lo mismo que a Lacandona.