■ Sin asumir compromiso alguno, la iniciativa privada pide más
■ La CTM transforma el derecho de huelga en “elemento accesorio”
Con gesto de circunstancia pero sin obviar el abrazo de Año Nuevo ni los parabienes, los más conspicuos representantes de la industria, la burocracia y el poder político arribaron al salón Tesorería de Palacio Nacional para conocer en detalle el uso que dará al dinero de los contribuyentes el gobierno de Felipe Calderón con la finalidad de sortear, en la más pura ortodoxia keynesiana, la crisis económica.
Pero una vez salvadas las cortesías, cada quien mostró su esencia. Y aunque se trataba de que los “sectores” correspondieran con sus compromisos a los formulados por la administración federal para ir en su rescate, aquellos no dieron muchas luces.
Los empresarios –no obstante los apoyos anunciados exclusivamente para ellos– por conducto de Armando Paredes Arroyo, exigieron todavía más: eliminar el IETU, y el representante de los campesinos, José Luis González Aguilera, pidió meter al orden a los banqueros “abusivos y agiotistas”.
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