Carlos Monsiváis
Notas de la semana
Me fueron a vender un santo,
sin marco, sin cristal y sin vidriera.
Me fueron a vender un santo,
sin marco, sin cristal y sin vidriera.
La gente preguntaba qué santo era,
y era el santo más chingón de la galera.
Canción presidiaria de la década de 1920.
Recopilación: Juan de la Cabada
De las tristezas que se han abatido sobre la Patria Blindada contra la Adversidad, la más dolorosa a juicio de los verdaderos creyentes es la desaparición en los altares de la gran sombra protectora: el padre Marcial Maciel, el proyecto de santo más poderoso que se veía en América Latina desde la coalición de Felipe de Jesús-Martín de Porres-Rosa de Lima.
En las parroquias, en los atrios, a la hora de esperar la vocación del rezo, en las penumbras donde se anidan los rosarios, hoy se murmura, mientras la pena se transfigura: “¡Ya no será santo, rondará en nuestros corazones, eso sin duda, pero el hueco en los altares resplandecerá como herida de la condición humana!”.
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