Rogelio Ramírez de la O
Por haber descuidado nuestra propia capacidad de oferta de petróleo y refinación, agricultura e industria, el gobierno enfrenta su disyuntiva más amarga desde Carlos Salinas, con secuelas probablemente hasta 2012.
El peso ya está bajo ataque especulativo. No en balde las autoridades gastaron 15 mil millones de dólares en 2008 y otros 5 mil millones más en lo que va de este año tan sólo para tenerlo en poco menos de 15 por dólar. La especulación se justifica porque la economía carece de la fortaleza: para evitar una gran recesión, tan profunda o más que la de 1995, o bien para suavizar la recesión con mayor gasto público de inversión, pero causando un mayor déficit en la cuenta corriente externa.
Si el gobierno opta por el aumento del gasto como lo prometió y así suaviza la caída de la economía, el déficit en la cuenta corriente externa (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios) aumentará mucho pues nuestras exportaciones estarán frenadas cuando las importaciones se mantienen altas.
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