Humberto Musacchio
La influenza en las últimas semanas ha producido varias muertes, donde el mal ya cobra características de epidemia.
Muchos capitalinos padecen una afección que se caracteriza por dolor de cabeza persistente, mucho sueño, acentuado desgano y temperaturas superiores a las normales. Se trata de una enfermedad viral altamente contagiosa que se llama influenza y en las últimas semanas ha producido varias muertes en la Zona Metropolitana del Valle de México, donde el mal ya cobra características de epidemia, pese a lo cual el gobierno ha guardado un completo silencio, a riesgo de que se convierta en un problema incontrolable.
Lo anterior es un acto típico de desgobierno, de indiferencia ante un problema que afecta a la sociedad, especialmente a las personas mayores de 65 años y a los menores de cinco años. Pero el asunto no es algo que se pueda echar bajo la alfombra. Se sabe que médicos de diversas instituciones exigieron la adopción de medidas de emergencia y lograron que el martes de esta semana se reunieran los directores de hospitales públicos de la ciudad con autoridades federales de salud que, por fin, se decidieron a actuar.
Una noticia que confirma la dejadez gubernamental la acaba de ofrecer la Comisión de Mediación integrada para gestionar la aparición de dos militantes del grupo guerrillero Ejército Popular Revolucionario, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez. Dicha comisión, en la que participan personajes como Miguel Ángel Granados Chapa, doña Rosario Ibarra de Piedra y el escritor Carlos Montemayor, entre otros, decidió disolverse ante la falta de respuesta, la dilación y las triquiñuelas a que han recurrido las autoridades federales.
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