jueves, 23 de abril de 2009

“Lo ‘levantó’ el Ejército”

Rosario Ibarra

El sobre fue enviado de Torreón. Lo dejó en mi casa un joven “que tenía la mirada muy triste”, me dijo la persona que lo recibió. El contenido era algo así como una denuncia anónima, ya que sólo eran recortes de periódicos de la ciudad de donde procedía, todos con notas y reportajes de abusos de miembros del Ejército.

Uno de los encabezados decía: “Militares agreden con 50 tablazos a albañil”. Y una fotografía mostraba las lesiones del pobre hombre en piernas, glúteos y tórax.

De inmediato se me vino a la mente el relato de un joven que, allá por 1979, fue secuestrado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), y que fue llevado al local que tal “dependencia” ocupaba en la calle Circular de Morelia número 8 (siniestro feudo de Miguel Nassar Haro), en donde fue torturado junto a otros dos jóvenes que eran sus amigos.

Parte de la “técnica” de la tortura era igual a la sufrida por el albañil de Torreón: golpizas brutales en todo el cuerpo con una tabla, que producían dolores muy intensos y que a uno de ellos le arrancaron la vida por “estallamiento de vísceras”... Su cuerpo se perdió en el misterio del Campo Militar Número Uno, en cuyos sótanos fueron confinados los otros dos amigos por largo tiempo.
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