Luis Javier Garrido
La fugaz visita a México del presidente Obama no hizo más que confirmar que las políticas intervencionistas de su gobierno son cada día más desmedidas, y que, por lo mismo, están destinadas al fracaso.
1. La escala de unas cuantas horas en México que hizo el presidente estadunidense Barack Obama, en tránsito hacia Puerto España (Trinidad y Tobago) para asistir a la quinta Cumbre de las Américas, ha sido tratada por el gobierno espurio de Felipe Calderón con la misma lógica que tenían los gobernantes bananeros de América Latina de hace medio siglo, que veían trémulos en el acercamiento aún fugaz con los gobernantes estadunidenses una ocasión para legitimarse y consolidarse en el poder, cuando lo cierto es que Obama, cumpliendo al límite con la cortesía, no logró encubrir que en los hechos hay en México un gobierno espurio y servil que está cediendo todas sus atribuciones soberanas.
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