a pregunta es: ¿qué sigue?
A la mitad del camino el actual gobierno se enfrenta a problemas tan antiguos como el país: la pobreza, la educación en todos sus niveles, la asistencia médica, la generación de empleos, la incomunicación, el deterioro agrario y la descontrolada explosión urbana.
A ellos se agregan los tres recién llegados cuya presencia nos agobia: los delitos que acompañan al tráfico de narcóticos, la crisis económica y la epidemia de influenza A. Tienen un denominador común: la dificultad en su planteamiento y búsqueda de solución. En mayor o menor medida la reacción no ha correspondido al tamaño y complejidad de cada uno. Y mucho menos cuando se presentan juntos y deben distraerse medios humanos y materiales para enfrentarlos. La mejor manera de vencer un escollo es reconocer su existencia y magnitud. Seamos francos.
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