sábado, 11 de julio de 2009

Desfiladero
  • Hazaña: la rebelión electoral de Iztapalapa
Jaime Avilés

Apenas 31 meses, cuatro días y algunas horas duró el "gobierno" espurio de Felipe Calderón: menos de tres años. En las elecciones del domingo pasado, con todos los poderes fácticos a su favor, Calderón perdió la mayoría en la Cámara de Diputados; perdió las gubernaturas de Nuevo León, Quéretaro, San Luis Potosí y Campeche; perdió los principales municipios del estado de México, los principales municipios de Jalisco y la ciudad de Cuernavaca. Y perdió 13 de las 16 delegaciones del Distrito Federal y entre ellas, de manera aplastante, Iztapalapa.

Junto a Calderón, Diego Fernández de Cevallos perdió el gobierno y los principales municipios de Querétaro; el sanguinario represor de los altermundistas en la cumbre de mayo de 2004 en Guadalajara, Francisco Ramírez Acuña, perdió la capital de Jalisco y los municipios de Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Tlaquepaque, Tonalá, Lagos de Moreno (base de El Yunque) y Tepatitlán, en los que vive 70 por ciento del electorado estatal. Al mismo tiempo, la superpoderosa y corrupta familia de Juan Camilo Mouriño perdió el gobierno de Campeche y los municipios más importantes de aquella entidad, rica en petróleo y camarones, mientras los panistas del estado de México perdieron Tlalnepantla, Naucalpan y Cuautitlán, municipios estratégicos de la ahora llamada "ex" zona azul.
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