¿Es ilegítimo consultar al pueblo?
Marcos Roitman Rosenmann
El principal argumento para derrocar al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, es un contrasentido: en un régimen democrático no es posible consultar al soberano. La razón esgrimida es bastarda. La propuesta, dicen los alzados, lleva implícita una trampa: la intención oculta de Manuel Zelaya de perpetuarse en el poder. En otros términos, las fuerzas armadas actúan para mantener el equilibrio político y no desestabilizar el orden constitucional, anticipándose a una dictadura presidencialista, inspirada en la reforma venezolana. Así, se ponen el parche antes de la herida y dan por bueno que en elecciones subsiguientes los votantes se decantarán por Zelaya si éste decide presentarse. Todo un análisis de futuribles no comprobados
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