sábado, 25 de julio de 2009

El chulo del barrio

Francisco Garduño

¿Pero qué necesidad? ¿Para qué sirven esas actitudes pendencieras, dignas del más gandalla del barrio?

Me remonté a mis años de juventud, en los que nunca faltó el perdonavidas que andaba de guapo por todos lados buscando con quien romperse la madre.

Lo triste es que no estoy hablando de un macarra mamón que en su época rebelde busca darse a notar, no.

Se trata del secretario de Gobernación, el vocero natural de Felipe Calderón, quien en forma poco ortodoxa, con una actitud sobrada y fanfarrona, se atrevió a lanzar un reto absurdo a uno de los grupos delincuenciales más fuertes y bestiales que, desafortunadamente, operan en este país.
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