“En su lógica primaria no estaba enfrentar al Estado, (ahora) lo están haciendo directamente y, señores: los estamos esperando; métanse con la autoridad y no con los ciudadanos. Es la invitación que les hacemos”: Gómez Mont. Frase temeraria. Valiente. Se colocó a él mismo en la línea del tiro de gracia. También a miles de personas que conforman los grupos policiacos. Será ¿útil? Retarlos es ubicarse frente a ellos con el pecho descubierto. La “guerra” es desigual. Por un lado, las fuerzas supuestas a representar y salvaguardar el estado de derecho (con apego a la ley); por el otro, una organización criminal que se plantea como estadito alternativo —¿un feudo?— al tú por tú con las autoridades, sin el más mínimo apego a la ley y dispuesta a estallar los límites a la menor provocación. En cualquier comandancia. En cualquier esquina.
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