Leyó mi última entrega “¿Dónde están nuestros votos?”, y comentó:
—Nos la hicieron al estilo iraní. ¿“Esto no se queda así”? Tal vez allá, pero con esta izquierda... debemos hacer algo —reflexionó mi compañero de décadas difíciles.
—Reconstruir la izquierda —respondí.
—¡Escríbelo! No es sugerencia, es orden —dijo, y se fue.
La propuesta
El título del presente artículo no es inicio de un proceso ni su conclusión, sino propuesta a la fuerza política más permanente en la vida de México, aquella que ya, a mediados del siglo XIX, construía organizaciones, encabezaba la reivindicación social de los desposeídos, manifestaba su presencia en acciones decisivas de la lucha por la soberanía popular y en defensa de la independencia nacional.
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—Nos la hicieron al estilo iraní. ¿“Esto no se queda así”? Tal vez allá, pero con esta izquierda... debemos hacer algo —reflexionó mi compañero de décadas difíciles.
—Reconstruir la izquierda —respondí.
—¡Escríbelo! No es sugerencia, es orden —dijo, y se fue.
La propuesta
El título del presente artículo no es inicio de un proceso ni su conclusión, sino propuesta a la fuerza política más permanente en la vida de México, aquella que ya, a mediados del siglo XIX, construía organizaciones, encabezaba la reivindicación social de los desposeídos, manifestaba su presencia en acciones decisivas de la lucha por la soberanía popular y en defensa de la independencia nacional.