Mensaje urgente desde Tegucigalpa

El Correo Ilustrado

Las cosas están bien difíciles aquí, están implementando en forma sistemática y muy agresiva el manual de la doctrina de seguridad nacional, que tan bien les funcionó en el pasado. Hay secuestros y desapariciones de dirigentes de organizaciones populares con total impunidad: a las tres de la madrugada cortan la energía eléctrica en la ciudad y entonces actúan los comandos que entran a las casas y se llevan a sus víctimas.

Ayer un sindicalista murió arrollado por los militares cuando se oponía a la toma de la empresa de telecomunicaciones. Por la tarde, fue reprimida la manifestación pacífica frente al palacio presidencial. Lanzaron gas lacrimógeno y disparos de francotiradores desde lo alto de un hotel, luego tropas de tierra apoyadas por dos helicópteros persiguieron a los manifestantes por un bulevar hasta el estadio nacional, donde se encontraron con otra horda de soldados. Ahí hubo una desbandada del movimiento y en la confusión grupos de encapuchados secuestraron a varios dirigentes.

Según datos extraoficiales hay cuatro muertos, pero los heridos (son decenas) llenaron el hospital más cercano, hasta donde llegó la policía para ficharlos. Asimismo, fue ametrallada una caravana de autobuses que venía desde el interior hacia la capital con manifestantes que iban hacia la casa presidencial.

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