MEXICO, D.F., 4 de septiembre (apro).- La fábrica de llantas Euskadi fue vendida por Carlos Slim a la compañía alemana Continental. Los nuevos patrones llegaron con un paquete de medidas tan impopulares como ilegales, ya que violaban abiertamente las leyes laborales nacionales e internacionales.
Ante la negativa de los trabajadores y su sindicato a aceptar las nuevas reglas laborales, Continental decidió cerrar la fábrica para irse del país. Los trabajadores recibieron el aviso de su despido y de que recogieran sus liquidaciones. Las cantidades ofrecidas, a los ojos de los obreros, eran ridículas, sobre todo para quien había laborado por décadas en la fábrica.
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Ante la negativa de los trabajadores y su sindicato a aceptar las nuevas reglas laborales, Continental decidió cerrar la fábrica para irse del país. Los trabajadores recibieron el aviso de su despido y de que recogieran sus liquidaciones. Las cantidades ofrecidas, a los ojos de los obreros, eran ridículas, sobre todo para quien había laborado por décadas en la fábrica.