18 Sep 2009
El apoyo de los gobernadores será clave en la reforma fiscal. Si los mandatarios quieren, la iniciativa puede pasar. Y el gobierno parece dispuesto a llegar a un arreglo.
La aprobación del Impuesto Contra la Pobreza está en la cancha de los gobernadores.
Son ellos quienes, como verdaderos amos de la Cámara de Diputados y a través de sus negociaciones con la Secretaría de Hacienda, pondrán precio al respaldo de la iniciativa del Ejecutivo federal de gravar con 2 por ciento todos los productos de consumo, incluidos alimentos y medicinas.
Dado que el presupuesto para el próximo año ya viene asignado, "el nuevo dulce" de la discordia lo constituye el polémico gravamen.
Leer Nota AQUI
La aprobación del Impuesto Contra la Pobreza está en la cancha de los gobernadores.
Son ellos quienes, como verdaderos amos de la Cámara de Diputados y a través de sus negociaciones con la Secretaría de Hacienda, pondrán precio al respaldo de la iniciativa del Ejecutivo federal de gravar con 2 por ciento todos los productos de consumo, incluidos alimentos y medicinas.
Dado que el presupuesto para el próximo año ya viene asignado, "el nuevo dulce" de la discordia lo constituye el polémico gravamen.