viernes, 18 de septiembre de 2009

Por Adriana Amezcua
18 Sep 2009

El apoyo de los gobernadores será clave en la reforma fiscal. Si los mandatarios quieren, la iniciativa puede pasar. Y el gobierno parece dispuesto a llegar a un arreglo.

La aprobación del Impuesto Contra la Pobreza está en la cancha de los gobernadores.

Son ellos quienes, como verdaderos amos de la Cámara de Diputados y a través de sus negociaciones con la Secretaría de Hacienda, pondrán precio al respaldo de la iniciativa del Ejecutivo federal de gravar con 2 por ciento todos los productos de consumo, incluidos alimentos y medicinas.

Dado que el presupuesto para el próximo año ya viene asignado, "el nuevo dulce" de la discordia lo constituye el polémico gravamen.
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