A Felipe Calderón se le conoce por su mecha corta, es decir, por el breve tiempo que requiere para encenderse o enojarse. De igual forma se le reconoce estrechez de ideas, pequeñez política y fragilidad en compromisos y lealtades. He ahí el título de este texto, que no pretende hacer alusión a la baja estatura física del panista ni a la fugacidad o colapso de su mandato, pero sí a la cortedad de miras y acaso a la minucia de la propuesta gubernamental para enfrentar el caos en que actualmente se encuentra el país.
México registra índices alarmantes en materia de desempleo, en incremento de la pobreza, en concentración del ingreso y en muchos rubros más que, en conjunto, hacen de nuestro país el de peor desempeño económico en América Latina. Pero el gobierno panista no asume ninguna responsabilidad por el desbarajuste. Todo lo atribuye a factores externos. Y para remediar la situación sólo se le ocurre privilegiar aún más a los privilegiados, y oprimir todavía más a los oprimidos.
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México registra índices alarmantes en materia de desempleo, en incremento de la pobreza, en concentración del ingreso y en muchos rubros más que, en conjunto, hacen de nuestro país el de peor desempeño económico en América Latina. Pero el gobierno panista no asume ninguna responsabilidad por el desbarajuste. Todo lo atribuye a factores externos. Y para remediar la situación sólo se le ocurre privilegiar aún más a los privilegiados, y oprimir todavía más a los oprimidos.