viernes, 8 de enero de 2010

Diálogo

Pedro Echeverría V.
México: El diálogo debe solicitarlo siempre el gobierno nunca los trabajadores que luchan en calles, campos y fábricas
Carta a los electricistas y demás trabajadores:

1. Dicen: “¡Ya, ya nos los jodimos, quieren dialogar! ¡Ahora tendrán que someterse a lo que les digamos! Aunque tengan buenos dialoguistas y mil argumentos, nosotros tenemos el poder y la fuerza y sólo podemos aceptar estos puntos”. Así ha sido siempre la política y no podrá ser de otra manera. Cualquier diálogo es una posición de fuerza o de debilidad. El gobierno tiene la fuerza del ejército, la policía, los medios de información; los trabajadores tienen la fuerza del movimiento de masas en las calles impidiendo que el sistema funcione. Si los trabajadores piden diálogo se los joderán y si el gobierno lo hace es porque tiene que aceptar las condiciones que le ponen los trabajadores. El diálogo sólo disfraza, con palabras, la realidad que se esconde: la fuerza. Pero si se trata de dialogar para someterse y para venderse, entonces se puede limosnear el diálogo.

2. La realidad es que el diálogo en política nunca ha existido. Me imagino siempre la escena en que los “dialogantes” con un cuchillo o un revolver escondido en la mano derecha “dialogan” mientras encuentran la oportunidad para asesinar al oponente. A no ser que se “dialogue” por asuntos intrascendentes que la autoridad –con su fuerza- trate de poner en práctica para su beneficio. Entonces ya no es diálogo sino monólogo porque todos giran en torno a las opiniones de quien manda u ordena. El diálogo solo se puede dar entre iguales con el fin de que cada parte exprese sus ideas, se analicen todas y surja una conclusión o propuesta más elevada e inteligente. Si el gobierno tiene el poder la contraparte debe contar con otro poder de igual peso. Como se ha dicho para que un país exija el desarme tiene que armarse, sino se burlarán de él por hacer el ridículo.
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