Luz María Dávila, madre de jóvenes asesinados, presente en el acto que presidió hoy en Ciudad Juárez el presidente Felipe Calderón Hinojosa, increpó duramente al mandatario, quien asistió a esa urbe fronteriza a anunciar un cambio de estrategia en el combate a la delincuencia e inseguridad, luego de la matanza de 15 jóvenes por sicarios del crimen organizado.
"No le puedo decir que es bienvenido porque para mí no lo es", dijo al iniciar su espontánea intervención.
Reclamó al presidente la inseguridad que se vive en Ciudad Juárez, que no es la misma "de hace dos años".
Con lágrimas en los ojos, la madre de familia continuó. Incluso, un miembro del Estado Mayor intentó acercarse a ella, pero Calderón Hinojosa se lo impidió.
La madre de familia le reclamó al presidente que haya llamado pandillero a su hijo.
"Mi hijo no era pandillero; estudiaba y trabajaba; estaba en una reunión con muchachos de 14 y 17 años", agregó.
"Si le hubieran matado a un hijo, seguramente hubieran estado buscando a los asesinos bajo las piedras, pero yo no tengo los recursos", dijo.
Señaló a Calderón que él no puede entender el dolor que ella sufre por haber perdido en la balacera a sus dos únicos hijos. Calderón estaba serio y por momentos lo abrazaba su esposa, la señora Margarita Zavala.
"Póngase en mi lugar para que sienta lo que yo estoy sintiendo", señaló entre lágrimas.
Antes, durante una reunión con los padres de familia de los jóvenes masacrados y con integrantes de diversos sectores sociales de Ciudad Juárez, a los que ofreció sus disculpas y condolencias, cinco mujeres protestaron dándole la espalda mientras hablaba.
"No le puedo decir que es bienvenido porque para mí no lo es", dijo al iniciar su espontánea intervención.
Reclamó al presidente la inseguridad que se vive en Ciudad Juárez, que no es la misma "de hace dos años".
Con lágrimas en los ojos, la madre de familia continuó. Incluso, un miembro del Estado Mayor intentó acercarse a ella, pero Calderón Hinojosa se lo impidió.
La madre de familia le reclamó al presidente que haya llamado pandillero a su hijo.
"Mi hijo no era pandillero; estudiaba y trabajaba; estaba en una reunión con muchachos de 14 y 17 años", agregó.
"Si le hubieran matado a un hijo, seguramente hubieran estado buscando a los asesinos bajo las piedras, pero yo no tengo los recursos", dijo.
Señaló a Calderón que él no puede entender el dolor que ella sufre por haber perdido en la balacera a sus dos únicos hijos. Calderón estaba serio y por momentos lo abrazaba su esposa, la señora Margarita Zavala.
"Póngase en mi lugar para que sienta lo que yo estoy sintiendo", señaló entre lágrimas.
Antes, durante una reunión con los padres de familia de los jóvenes masacrados y con integrantes de diversos sectores sociales de Ciudad Juárez, a los que ofreció sus disculpas y condolencias, cinco mujeres protestaron dándole la espalda mientras hablaba.