Delitos del crimen organizado que asolan a la sociedad mexicana –como el secuestro, tráfico de personas, pornografía infantil y lavado de dinero– no son prioridades para la “guerra” de Calderón. El Consejo de la Judicatura Federal admite haber dictado, en tres años, sólo 254 sentencias firmes contra secuestradores. Otros ilícitos, en la impunidad total
/ Tercera parte
La guerra que libra el presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa –y que ha costado la vida a más de 23 mil civiles– no combate los delitos del crimen organizado, tipificados en el artículo 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Considerado uno de los ilícitos que más afecta a la sociedad mexicana en todos sus estratos, el secuestro es ejemplo de la impunidad que gozan los criminales en México. Entre diciembre de 2006 y febrero de 2010, sólo se dictaron 254 sentencias de última instancia por ese delito, revela a Contralínea el Consejo de la Judicatura Federal.
De los datos oficiales de esa institución, que rige al Poder Judicial en todo el país, se desprende que el secuestro no es el único ilícito en situación de impunidad: también destacan la asociación delictuosa, la pornografía infantil, el tráfico de personas, el lavado de dinero, el tráfico de órganos y el lenocinio de menores de 18 años.
El doctor Edgardo Buscaglia, experto en seguridad y académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México, refiere que no sólo existe el delito relacionado con el tráfico de estupefacientes. “Hay otros 21 tipos de delitos que, sumados al de la droga, dan incentivos (a los delincuentes) para enfrentarse al Estado mexicano y jugarse el todo por el todo”.
En entrevista, señala que “eso va a seguir expandiéndose mientras la administración de este presidente y de (los presidentes de) las futuras administraciones no tomen las medidas adecuadas. México puede llegar a correr el peligro de caer en un síndrome de somalización masiva en donde los 982 pequeños pedazos de territorio (que actualmente controla la delincuencia organizada) se lleguen a transformar en lo común y corriente”.
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La guerra que libra el presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa –y que ha costado la vida a más de 23 mil civiles– no combate los delitos del crimen organizado, tipificados en el artículo 2 de la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Considerado uno de los ilícitos que más afecta a la sociedad mexicana en todos sus estratos, el secuestro es ejemplo de la impunidad que gozan los criminales en México. Entre diciembre de 2006 y febrero de 2010, sólo se dictaron 254 sentencias de última instancia por ese delito, revela a Contralínea el Consejo de la Judicatura Federal.
De los datos oficiales de esa institución, que rige al Poder Judicial en todo el país, se desprende que el secuestro no es el único ilícito en situación de impunidad: también destacan la asociación delictuosa, la pornografía infantil, el tráfico de personas, el lavado de dinero, el tráfico de órganos y el lenocinio de menores de 18 años.
El doctor Edgardo Buscaglia, experto en seguridad y académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México, refiere que no sólo existe el delito relacionado con el tráfico de estupefacientes. “Hay otros 21 tipos de delitos que, sumados al de la droga, dan incentivos (a los delincuentes) para enfrentarse al Estado mexicano y jugarse el todo por el todo”.
En entrevista, señala que “eso va a seguir expandiéndose mientras la administración de este presidente y de (los presidentes de) las futuras administraciones no tomen las medidas adecuadas. México puede llegar a correr el peligro de caer en un síndrome de somalización masiva en donde los 982 pequeños pedazos de territorio (que actualmente controla la delincuencia organizada) se lleguen a transformar en lo común y corriente”.