MONTERREY, NL., 10 de julio (Proceso).- Julio comenzó con un desastre: la tormenta tropical Alex azotó con furia tres estados priistas del noreste, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León. Pero la tragedia tiene nombres y apellidos. En el caso de la última entidad, funcionarios estatales y municipales son señalados como corresponsables de la imprevisión y, más aún, de los actos de corrupción que dieron como resultado numerosos muertos y heridos, miles de damnificados y daños materiales incalculables. Ecologistas y políticos de oposición afirman que las secuelas del meteoro habrían podido evitarse, pero el otorgamiento de permisos de construcción en zonas de alto riesgo puso en el paredón la vida y el patrimonio de los nuevoleoneses.
Alex devastó Nuevo León pero no lo hizo solo. La corrupción, la omisión y la negligencia de los gobiernos federal, estatal y municipales también hicieron su parte.
Los daños ocasionados por la tormenta tropical que se abatió el jueves 1 sobre la entidad son incuantificables. Pero así como han comenzado a descubrirse cadáveres, casas y coches sepultados por aludes de lodo y rocas, empiezan a sonar los nombres de los funcionarios que permitieron que fuera repoblado el lecho del río Santa Catarina, que parte por la mitad el área metropolitana de Monterrey.
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Alex devastó Nuevo León pero no lo hizo solo. La corrupción, la omisión y la negligencia de los gobiernos federal, estatal y municipales también hicieron su parte.
Los daños ocasionados por la tormenta tropical que se abatió el jueves 1 sobre la entidad son incuantificables. Pero así como han comenzado a descubrirse cadáveres, casas y coches sepultados por aludes de lodo y rocas, empiezan a sonar los nombres de los funcionarios que permitieron que fuera repoblado el lecho del río Santa Catarina, que parte por la mitad el área metropolitana de Monterrey.