El asesinato del candidato puntero a gobernador de Tamaulipas conmovió al país. Calderón convocó paladinamente a las fuerzas políticas a definir unidos ¿qué hacer? ¿Unificará, si instiga la división, reprime movimientos sociales, persigue y encarcela líderes, agrede a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pretende silenciar a la prensa, divide con dobleces?
El caso del Sindicato Mexicano de Electricistas ejemplifica la sevicia pública. Pero, albricias, el Senado convoca a dos foros, el 29 y 30 de junio, para analizar el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro con el que Calderón maquina aniquilar a un sindicato nacionalista y desemplear a 44 mil trabajadores. Comprometieron difundirlo por el Canal del Congreso. Oportunidad para esclarecer una acción de efectos políticos y sociales demoledores. Tenemos por un lado una campaña oficial de medios, satanizadora del sindicato, presiones y amenazas. Por otro, movilización y resistencia pacífica de los trabajadores.
El Primer Foro exhibió la inconstitucionalidad del decreto presidencial. El sindicato pidió amparo, negado en primera instancia con un argumento aterrador: los derechos individuales deben ceder ante “intereses superiores de la nación” en el caso de una empresa ineficiente, o sea, por encima de la Constitución ubican “intereses superiores”, ¿los de un poder totalitario? El recurso de revisión está en la Suprema Corte con 57 agravios por violaciones a la Constitución: falta de fundamento y motivación, violaciones a la garantía de audiencia, al derecho al trabajo, a los derechos explícitos de los trabajadores, carencia de facultades del Presidente.
Calderón decretó la desaparición de una empresa pública, la terminación del contrato colectivo y las relaciones de trabajo de 44 mil personas, lo que requiere legalmente un proceso en Conciliación y Arbitraje, una demanda, audiencia a los trabajadores y acreditar la causa de fuerza mayor alegada, y sólo después de la autorización, en su caso, se puede proceder a la liquidación.
Leer mas...AQUI
El caso del Sindicato Mexicano de Electricistas ejemplifica la sevicia pública. Pero, albricias, el Senado convoca a dos foros, el 29 y 30 de junio, para analizar el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro con el que Calderón maquina aniquilar a un sindicato nacionalista y desemplear a 44 mil trabajadores. Comprometieron difundirlo por el Canal del Congreso. Oportunidad para esclarecer una acción de efectos políticos y sociales demoledores. Tenemos por un lado una campaña oficial de medios, satanizadora del sindicato, presiones y amenazas. Por otro, movilización y resistencia pacífica de los trabajadores.
El Primer Foro exhibió la inconstitucionalidad del decreto presidencial. El sindicato pidió amparo, negado en primera instancia con un argumento aterrador: los derechos individuales deben ceder ante “intereses superiores de la nación” en el caso de una empresa ineficiente, o sea, por encima de la Constitución ubican “intereses superiores”, ¿los de un poder totalitario? El recurso de revisión está en la Suprema Corte con 57 agravios por violaciones a la Constitución: falta de fundamento y motivación, violaciones a la garantía de audiencia, al derecho al trabajo, a los derechos explícitos de los trabajadores, carencia de facultades del Presidente.
Calderón decretó la desaparición de una empresa pública, la terminación del contrato colectivo y las relaciones de trabajo de 44 mil personas, lo que requiere legalmente un proceso en Conciliación y Arbitraje, una demanda, audiencia a los trabajadores y acreditar la causa de fuerza mayor alegada, y sólo después de la autorización, en su caso, se puede proceder a la liquidación.