MÉXICO, D.F. (apro).- Un estudio de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) reveló que el 67% de los periodistas del continente americano considera que la libertad de prensa como derecho constitucional está amenazada.
“Libertad de prensa en las Américas”, es el título del estudio que publicó este lunes la SIP en su 68 Asamblea General celebrada en Sao Paulo y que elaboró entre 101 periodistas de 12 países del continente.
Los resultados fueron distintos para Sudamérica, donde la principal amenaza para la libertad de prensa según los periodistas de esos países son sus gobiernos. En tanto que en Centroamérica-México la principal amenaza es la violencia.
De acuerdo con el estudio, la percepción de las amenazas a libertad de prensa es mayor en los países de Centroamérica-México, ya que 83% considera que está coaccionada o en proceso de serlo. En Sudamérica 54 % de los consultados tiene esa percepción.
Señaló que el país donde la libertad de prensa corre más riesgos es Venezuela, con 82%, seguido de Argentina con 62%, Cuba con 60%, Ecuador también con 60%, Bolivia con el 41% y México con 39%.
La mayor amenaza para la libertad de prensa según los encuestados son las presiones del gobierno (36%), seguida de las sentencias judiciales con 28%, el crimen organizado con 9% y el poder legislativo con 7%.
En cuanto al problema de la violencia contra periodistas y medios de comunicación, en el bloque de Sudamérica 63% consideró que 2012 ha sido igual o peor que el anterior. La cifra se eleva a 83% en el caso del bloque Centroamérica-México.
Marcelo Beraba, editor del grupo brasileño Estado, quien presentó las conclusiones del estudio, señaló que 38% de los encuestados admitió que en los últimos cinco años algún periodista de su empresa sufrió amenazas o ataques. Incluso algunos terminaron con la muerte del periodista.
Además el 32 % reconoció que tuvo que adoptar reglas de seguridad y 8% dijo que tienen algunos periodistas bajo protección.
En cuanto a la impunidad ante los ataques a la prensa, la encuesta reveló que el 36% lo atribuye a la lentitud de la justicia, el 22% a la falta de acción de las autoridades, el 9% a la connivencia o falta de preparación de los cuerpos policiales para investigar los casos, y el 8% a la falta de leyes específicas que inhiban las agresiones.
“Pocos criminales son presos juzgados o condenados, lo que estimula nuevos ataques”, subrayó Beraba.
Respecto de la autocensura como factor que inhibe la libertad de prensa, el 58 % consideró que es consecuencia de la violencia, el 20% reconoció que tuvo que lidiar con ella en 2011 y el 37% dijo conocer casos en su país.
La relación de los periodistas con sus gobiernos también fue evaluada en la encuesta. En este rubro 39% calificó su relación con el gobierno como buena o excelente, 35% la consideró regular y el 15%, mala o pésima.
Finalmente los encuestados respondieron a la pregunta sobre sus perspectivas a futuro. El 49% dijo creer que la democracia seguirá consolidándose en el continente y que disminuirán las amenazas a la libertad de prensa, mientras que el 39 % admitió su pesimismo al respecto.
Ricardo Kirschbaum, editor del diario argentino Clarín se declaró “impresionado” por el optimismo con el que la mitad de los consultados ve el futuro de la libertad de prensa.
Señaló que en el caso de su país “está en disputa el derecho constitucional a informar sin presiones ni intimidaciones.
“Seguimos atrapados en la incoherencia entre reglas y valores democráticos y la manipulación de esos valores por gobiernos que se dicen democráticos”, manifestó.
Afirmó que en el caso de Argentina la prensa no se está ante un caso de “censura clásica” sino ante una estrategia que busca “disciplinar” a los periodistas con diversos métodos, como “destruir su reputación presentándolos como meros reproductores de intereses empresariales o personales”.
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