Astillero
- Granaderos y CU
- En los bordes
- Provocación e infiltración
- Priístas
combativos
Julio Hernández López
Personas vestidas de civil portando cadenas y un guante negro fueron
fotografiadas dentro del cerco de la Policía Federal en San LázaroFoto tomada del muro de Facebook del movimiento #YoSoy132
La provocación y el
abuso vistos el pasado primero de diciembre forman parte de un conjunto
de acciones con las que los gobiernos capitalino y federal tratan de
desgastar e inhibir el espíritu crítico, participativo y progresista de
una población que encabeza la resistencia nacional a la instalación del
peñanietismo y que recela del presunto talante
izquierdistade la dupla Ebrard-Mancera.
En seis días la capital del país ha vivido un concertado ataque a sus
derechos y libertades. Muchos de quienes han hecho de sus calles un
espacio ganado para las manifestaciones públicas han entendido que el
mensaje de fondo del 1DMX es la amenaza de detenciones sin
justificación, arbitrarias, muchas veces relacionadas intencionalmente
con la protesta de esos ciudadanos frente a previas golpizas dadas por
uniformados a jóvenes que no estaban participando en hechos violentos o
destructivos. Otra franja de ciudadanos ha exacerbado sus ánimos
contrarios a la manifestación y la crítica al hacer suyos los misiles
teledirigidos de los medios de comunicación que, en una proporción muy
alta, se han colocado de manera canallesca al servicio de los propósitos
represivos de los nuevos poderes. Unos y otros están frente a un
escenario de injusticia manifiesta: la mayoría de quienes causaron
destrozos el sábado histórico están libres, ya sea porque formaban parte
de contingentes protegidos por los propios poderes tejedores de
provocaciones o porque legítimamente lograron escabullirse mientras los
policías se entretenían en aprehender a otros.
Al agravio generalizado que se produjo el sábado en el Centro
Histórico se ha añadido la presencia de granaderos y policías en
bocacalles y vialidades correspondientes a Ciudad Universitaria. Días
atrás, grupos relacionados con el anarquismo publicaron en una de sus
páginas de Internet una invitación para obstruir este jueves el tráfico
en Insurgentes Sur, en tramos colindantes con la UNAM (los
administradores de una de las más importantes de esas páginas han
denunciado infiltración y prefirieron dejar el manejo de esa cuenta, que
por lo demás sigue vigente y convoca a jóvenes a acciones agresivas).
Según diversas denuncias de estudiantes, el miércoles hubo en el campus
del sur del DF una evidente presencia de agentes policiacos vestidos de
civil que se asomaron a lugares de reunión de miembros del movimiento
132 que recababan firmas en demanda de libertad para los presos del
sábado negro y se preparaban para la asamblea interuniversitaria que se
realizará hoy en CU.
Con esos antecedentes, destacamentos de policías y granaderos fueron
enviados de manera disuasoria a las inmediaciones de CU, en especial en
el tramo correspondiente a Insurgentes Sur y contuvieron a unas decenas
de jóvenes que, según la apreciación policiaca, pretendían realizar el
bloqueo anunciado. Hasta donde fue posible saber a la hora de realizar
los presentes teclazos vespertinos, en términos técnicos no hubo
violación a la autonomía universitaria, pues los policías se mantuvieron
en áreas que no pertenecen ni están bajo el manejo de la UNAM, sobre
todo en la avenida Insurgentes.
Sin embargo, y como era de esperarse, el despliegue de fuerzas
represivas junto a la UNAM constituyó una calculada provocación
política, mucho más allá de la temática vial. Miguel Ángel Mancera (ex
procurador de justicia, políticamente cargado a la derecha, ansioso de
desmarcarse de la izquierda militante) había tocado de mañana el tema de
los detenidos del sábado inaugural, esbozando cierta comprensión en los
casos en que no hubiera sustento para las detenciones, aceptando la
posibilidad de que se hubieran producido abusos.
Pero en la tarde ya
estaban siendo reinstalados los fantasmas del diazordacismo y del
atenquismo represor en Ciudad Universitaria, temerosos los gobiernos
unidos, el federal y el capitalino, de que las universidades públicas
alcancen a organizar protestas fuertes antes de irse de vacaciones
escolares.
La exhibición de fuerzas y de ánimos represivos va acompañada de la
infiltración y la provocación. Los halcones del peñismo-mancerismo están
a la espera de acontecimientos masivos que les dén
justificaciónpara ir contra más activistas e incrementar el miedo social. Hoy habrá un espectáculo popular en la Plaza de la Constitución, con el cantante Joan Sebastian, en el primer concierto gratuito de los que el GDF acostumbra realizar en ese lugar, con decenas de miles de asistentes. Y el sábado será el Teletón. Todo lo que ayude a generar rechazo social conservador ante protestas o movilizaciones juveniles será fomentado por los propios entes represivos. La ciudad de México, su espíritu crítico y libertario, está en la mira.
Mientras tanto, la nueva guerrilla institucional se remontaba hasta
algún lugar de las alturas del Senado, sumamente molesta porque sus
opositores normalmente bien pactados no le permiten al peñanietismo
contar con las modificaciones administrativas deseadas. Es significativo
el punto de desacuerdo: el peñanietismo pretende que le sea aprobada
una iniciativa de concentración autoritaria de la fuerza pública en
Bucareli, que convertiría a Miguel Ángel Osorio Chong en manejador de
los asuntos políticos con una mano y de los mecanismos represivos con la
otra.
PAN, PRD y PT ni siquiera se oponen a la esencia de ese proyecto de
mano dura, pero desean que ciertos nombramientos sean ratificados por el
Congreso y buscan otros paliativos menores. Ayer, cuando se dieron
cuenta de que estaban en ruta de perder la votación que desatorara este
asunto a favor del PRI, los senadores opositores decidieron romper el
quórum. Los priistas, encabezados por el subcomandante Gamboa, tomaron
la tribuna para protestar y convirtieron al calderonista Ernesto
Cordero, quien preside la mesa directiva, en motivo de su enojo.
Y, mientras los nuevos nombramientos peñistas siguen yendo por la
línea de lo voraz y lo grupal (el primo Alfredo del Mazo, el hijo de
Miguel de la Madrid), ¡feliz fin de semana!
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