Enrique Montalvo Ortega
Como a muchos otros periodistas de derecha, a Sarmiento le gusta dar consejos a la izquierda. Con frecuencia les dice lo que “deben de hacer”, y acude a ejemplos de supuestos “socialistas” para aderezar sus recetas.
El jueves 12 publicó en POR ESTO! el artículo “Real Privatización”, donde desliza sus propuestas. La cuestión es que sus sugerencias esconden varios objetivos: el primero, ridiculizar a la izquierda, afirmar que no está a la altura de las circunstancias y que sus acciones, finalmente no son de izquierda. En pocas palabras, pretende cuestionar lo que está haciendo: hay, nos dice “una falta de comprensión entre nuestros políticos de cuáles son las causas reales de la izquierda”.
Y aquí viene el segundo objetivo, convencernos de que la izquierda debería estar al lado de Calderón, apoyando la privatización de PEMEX: “en México tenemos políticos que se consideran de izquierda pero que apoyan medidas como preservar el monopolio estatal petrolero”. Y ahora hasta resulta que un periodista de derecha dictamina quién es, quién no es de izquierda y cuáles deben ser las causas por las que debe luchar la misma.
El argumento, tan simplista como la mayoría de los que suele usar, para impulsar la privatización de PEMEX es que España, gracias a la privatización de su empresa petrolera es hoy un país desarrollado.
A Sarmiento, como a muchos intelectuales orgánicos de la derecha en el gobierno, le gustaría una izquierda cómoda, sumisa, “moderna” y… neoliberal. Es decir una izquierda que definiera sus objetivos y acciones de acuerdo a lo que le dicte la derecha, una izquierda a favor del capitalismo y de la oligarquía. Como Blair por ejemplo, el “laborista” aliado de Bush.
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