Antonio Gershenson
El jefe del formalmente gobierno federal se quejó de que los debates del foro en el Senado eran ideológicos e históricos. Luego, ante reacciones de muchos sectores, dijo que no era problema con esos debates, pero que en ellos no se abordaban los hechos. En relación con esto, tanto en mi ponencia como en otras, se copian, incluso entre comillas, partes principales de las propuestas de cambios legales. Además, por ejemplo, en la mía se echa abajo la afirmación de que es mucho más eficiente una refinería privada que una de Pemex. Con datos de Pemex muestro que la diferencia en el margen de refinación variable durante 2007 entre las refinerías de Deer Park, Texas, y Cadereyta, NL, fue de sólo 8 por ciento. Estos son hechos.
Voy a tratar de resumir las ocho ponencias presentadas el pasado jueves 12 de junio, en el orden que el sorteo determinó que se expusieran. Mi caso fue el primero. Hay una enumeración de los cambios legales, reduciendo las facultades en materia petroquímica y de refinación de Pemex y abriéndolas a las empresas privadas. Luego se plantean alternativas en materia de refinación. Se propone una reducción de la demanda de gasolina, que no se plantea en la iniciativa oficial, por medios como el uso de etanol (alcohol de caña) en vez de tóxicos como el MTBE, uso del ferrocarril para la carga a largas distancias, más uso del transporte colectivo en las ciudades, etcétera.
No sólo en esta, sino en todas las ponencias, se planteó la necesidad de aumentar las inversiones en Pemex Petroquímica. También hubo un amplio consenso en la necesidad de que Pemex se vuelva a integrar en una sola empresa. Y otro punto de consenso fue la necesidad de que la Secretaría de Hacienda deje de intervenir en Pemex y que deje de tener facultades para dar y quitar dinero a Pemex. Analicé algunos de los daños causados a la CFE por los llamados productores independientes, dado que se plantea un sistema similar con refinerías privadas.
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