domingo, 10 de agosto de 2008

Galeano afirma que el proceso que Evo lidera es vital para Bolivia y el mundo


La Paz, 03 ago (por Grover Cardozo - ABI).- En un rápido repaso a los cambios que vive Bolivia estos días, el intelectual uruguayo, Eduardo Galeano, afirmó con inocultable tono de satisfacción: "Me parece fundamental el proceso que encabeza Evo Morales. No sólo para Bolivia, sino para el mundo entero que está enfermo de racismo aunque siga siendo una enfermedad rara vez confesada".

La declaración la realizó en una entrevista concedida al periodista Martín Zelaya Sánchez y fue publicada este domingo en el suplemento Fondo Negro del periódico La Prensa.

El escritor que hace poco recibió una gran distinción del Mercosur, al referirse a Bolivia, hizo un cálido relato que rememora su relación con el país y la influencia que tuvo en él haber visitado los centros mineros.

"Bolivia es parte de mí. Esta en mí vaya donde vaya, ande donde ande; y yo estoy en Bolivia sin estar estando. Dicho sea de paso, te cuento que en Bolivia tuve, hace ya muchos años, mi bautismo de fuego como escritor", relató.

"Llevaba yo un buen tiempo en Llallagua y había llegado la hora de partir. Nos pasamos toda la noche bebiendo, chicha al principio, después singani, con mis amigos mineros. Y cuando ya estaba por sonar la sirena que convocaba al socavón, me rodearon y me obligaron: ahora, hermanito dinos cómo es el mar. Yo sabía que ellos, condenados a la muerte temprana y a la soledad de la geografía, nunca iban a ver el mar. Y yo tenía la obligación de encontrar palabras que fueran capaces de mojarlos…".

EN EL TIWANAKU

Que se conozca, la última vez que llegó Eduardo Galeano a Bolivia, fue el 21 de enero de 2006. La Comisión de Protocolo en ese momento conformada por quien suscribe esta nota, además de otros cinco compañeros del Movimiento Al Socialismo, realizó verdaderos malabarismos para lograr la llegada de Eduardo Galeano al acto de posesión de Evo Morales en el Tiwanaku.

Durante una semana realizamos averiguaciones de su dirección y no tuvimos buenos resultados. Recién faltando 3 días para la posesión, los compañeros de la Embajada Uruguaya en Bolivia, nos remitieron su correo. De inmediato enviamos la invitación y agilizamos los trámites porque Evo Morales había instruido "hacer llegar a Galeano como sea".

Logramos contactarlo y asegurarle los pasajes, pero el día 21 cuando se iba a realizar la posesión no nos llamó para recogerlo. Preocupados indagamos su paradero sin éxito. De todos modos grande fue la sorpresa, cuando al promediar las 13.00 llegamos al acto de posesión de y tratamos de ingresar a la zona del ceremonial.

Entonces un señor de tez blanca y con algunas canas encima, pedía a los policías que lo dejaron entrar. Me acerqué más y encontré que ese hombre era Eduardo Galeano. Los policías y el personal de control no lo reconocieron porque nunca antes lo habían conocido.

De inmediato lo hicimos ingresar y en su cansino caminar, él se quejaba porque tenía cierta dificultad para respirar.

Bueno Eduardo,le dije, hicimos peripecias para ubicarte y es un verdadero gusto tenerte en Bolivia y mucho más para un acto como este.

"El gusto es para mí y les agradezco por haberme invitado", repuso. "Cómo verás, tengo problemas para respirar, porque ya no soy joven, pero estoy contento porque para mí Bolivia significa mucho".

-Eduardo -le dije- la victoria de Evo en gran medida la debemos a intelectuales como tú, que influyeron mucho en la conciencia de la gente, ayudaron a madurar las ideas del cambio. Eres culpable de esto.

"Bueno, si pude contribuir me alegra", dijo modesto, mientras nos dirigíamos a buscar dos asientos entre los invitados internacionales.

Galeano observaba contento el rito aymara. En ese momento autoridades originarias del altiplano además de representantes indígenas del continente le otorgaron a Evo Morales los símbolos ancestrales que lo destacaban como autoridad moral.

Galeano seguramente sentía que la lucha ideológica que libró durante 30 años frente a intelectuales del campo liberal, dejaba ver alguno de sus frutos.
Gc ABI