Manú Dornbierer
Satiricosas
Se “celebró” el último 9-11 de George W. Bush y nadie pidió un juicio para el Hitler Americano por ese inside job, el monstruoso atentado contra las Torres Gemelas, obra del propio equipo de Bush. Con pretexto de combatir el terrorismo destrozó a Irak y desestabilizó al mundo en pos del petróleo planetario. Fue presidente por decisión de una sola persona, el derechista y loco juez William Renquist, 19 años cabeza de la Suprema Corte de Estados Unidos. Ese demente detuvo en Florida el recuento de votos por el fraude de los hermanos Bush vs Al Gore. El juez era adicto a las drogas, en especial a un somnífero llamado Placidyl y tenía alucinaciones terribles. Esto se supo y comprobó en 1981 cuando entró por un dolor de espalda al hospital de la Universidad de George Washington.
El 11 de septiembre de 2001, en México la gente supo que se trataba de una tarea interna. Era impresionante la certeza que todos teníamos: Fueron ellos mismos, decía la gente por la calle. La verdad flotaba en el aire. Pero otros lo dijeron de inmediato y con pruebas. El francés Thierry Meyssan, publicó “Effroyable Imposture”, Aterradora Impostura, que distribuyó en español, la editorial argentina (Ateneo) Lumen. Con pruebas precisas demostraba la Terrible Mentira, que no debería olvidarse jamás y que hoy se estudia en muchos grupos a través de innumerables videos de internet. En aquel momento me regaló un ejemplar del libro la periodista chilena Frida Modack, quien fuera Secretaria de Prensa del presidente Allende y que conoce bien a los siniestros republicanos por haber vivido el 9-11 de 1973, el ataque al Palacio de La Moneda y el derrocamiento de Salvador Allende, esa sí tarea externa, outside job, ordenada por la CIA y Henry Kissinger a la Derecha chilena. Destruyó la democracia en Chile e impuso la dictadura traidora y sanguinaria de Pinochet. Eso son los republicanos para el mundo.
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