A FUEGO LENTO
12/09/08
Enrique Pastor Cruz Carranza
“Algunos hay que parecen zurdos de las dos manos”
-Alejandro Casona-
Cuando este comentario este en las planas impresas, ya habrá pasado varios días de la marcha contra la inseguridad, no sólo en el Distrito Federal sino en varios estados y las principales ciudades de México que demuestran su inconformidad ante la mediocridad..
Nunca será tiempo perdido, ni menos se puede minimizar toda expresión de protesta, reclamo u opinión de los principales temas de la agenda nacional, que la ciudadanía aborde con la libertad que solo se da en pueblos que han luchado hasta la saciedad, por preservar sus derechos, restaurar la vulnerable democracia secuestrada por el partidismo, la libertad de expresión, con un saldo de casi medio centenar de periodistas asesinados sin que se tengan a los culpables, a pesar de tantos fiscales especiales que solo sirven para darle chambitas a los cuates; el estado laico que debe seguir siendo el baluarte contra el obscurantismo, la regresión y la pluralidad de ideas.
Ocioso sería entrar a la estadísticas de los crímenes que en este momento, se repiten a todo lo ancho y largo de la nación, en esta guerra contra la delincuencia organizada ,donde con candoroso arrojo se pudo haber improvisado en alguna loca noche de antro aderezo para el éxtasis de poder -como ahora es evidentemente demoledora- de un estado que se ve avasallado por los hechos que a diario empapan de sangre y muerte la fértil tierra del otrora “Cuerno de la Abundancia” y que vive los más ofensivos contrastes entre los ciudadanos que en su mayoría, carecen de lo mínimo elemental y el minúsculo grupo de privilegiados a quienes el opulento bienestar de sus familias, llega a los extremos de ostentación y agravio sin más soporte que la evidente complicidad entre los hombres y mujeres que al frente de las instituciones , realizan los negocios de éxito, sea por presuntas alcurnias-de endeble pedigrí- o estatus familiares de abolengo de dudosa legitimidad y hasta paternidades en duda, sin importar que con ello- su violenta conducta delincuencial blindada- se denigre el Estado de Derecho y se fracture el principio elemental que construye, en toda comunidad humana ; el Pacto Social.
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