Revolución de Independencia
Dr. Eugenio R. Balari
“No hay patria sin virtud, ni virtud con impiedad”Padre Félix Varela. El 15 de septiembre de 1810 el cura criollo Miguel Hidalgo y Costilla lanzó en su iglesia, en el pueblo de Dolores de Guanajuato, el grito de la Independencia de México.¡Mexicanos! ¡Viva la Independencia, Viva la Virgen de Guadalupe!, sus oyentes feligreses, lo respaldaron y se lanzaron a libertar a México. El párroco llamó en su apoyo a todo el pueblo, liberó a los presos existentes y ocupó las armas de la reducida guarnición que se encontraba en la localidad.Aquel movimiento incipiente de los conspiradores de Querétaro, que había sido descubierto un poco antes, se transformaba rápidamente; la insurrección ya no se limitaba a los criollos letrados, a él se sumaban también los sectores humildes de la población.Había comenzado a desarrollarse la primera gran revolución popular de la América hispana. La lucha iniciada por el padre Hidalgo la continuó uno de sus seguidores, también sacerdote, José María Morelos, y así, sucesivamente, avanzaron los acontecimientos revolucionarios.Sin embargo, con la intención de conmemorar como se merece la fecha de la independencia mexicana y aprovechando las dignas páginas de POR ESTO!, considero que, transcurridos 193 años de aquellos históricos acontecimientos, el Grito es nuevamente necesario, sólo que ahora sería para reafirmar las políticas y posiciones que consoliden y fortalezcan a la misma.Se trata de hacer valer a ultranza los principios de soberanía, las formas de relacionarnos internacionalmente y en particular con nuestros poderosos vecinos del Norte, los manejos que se hacen de los recursos naturales más preciados de que nos dotó la madre naturaleza, del necesario adecentamiento de las costumbres públicas y ciudadanas y la imprescindible seguridad que debe garantizarse a toda la población.
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