Esta es una de las novelas más celebradas de Taibo II y en ella, uno de los tres casos a resolver es descubrir si Emiliano Zapata sigue vivo. La descripción física y sentimental que hace Belascoarán del caudillo del sur, no difiere mucho de la que se hace en corridos de la revolución. “La mirada triste de don Emiliano lo persiguió mientras daba vueltas por el cuarto. La mirada de Emiliano Zapata traicionado.”(22) Después, cuando sigue la pista de un hombre que piensa podría ser Zapata, un locatario de un mercado le dice que el viejo que busca “era muy amigo de Jaramillo, pero hablaba muy poco… (….) Tenía la voz ronca.”(165) Rubén Jaramillo fue el miembro del ejército de Zapata que durante más tiempo se mantuvo en activo. Hasta su asesinato en 1962, encabezó movimientos agrarios en el estado de Morelos. En cuanto a la voz ronca, la seriedad y los ojos tristes, se puede decir que son los tópicos que rodean la biografía de Emiliano Zapata.
Héctor analiza los rumores, versiones y leyendas más comunes que aseguraban que Zapata no había muerto en Chinameca, una de ellas es la “que comentaba que el caballo de Zapata nunca dio señales de reconocer el cadáver y ese caballo lo quería enormemente”(51) Y aunque tener fe en la expresión de un caballo sea de una irracionalidad rampante, esa teoría, humorísticamente o no, se repite en otros escritores, entre ellos, el Subcomandante Marcos. En la tradición de Marcos de conmemorar el aniversario luctuoso de Zapata, escribió en 2000 El caballo de Zapata, un relato infantil narrado desde la óptica del caballo. La construcción de las cartas del caballo de Zapata al “Marinero”, caballo del subcomandante, se hace a través de testimonios de compañeros de Zapata que se encuentran en La Irrupción Zapatista de Francisco Pineda Gómez, y una carta que envió Emiliano Zapata a Gildardo Magaña en 1911. En esta versión del caballo de Zapata, los soldados disparan a otro hombre que confunden con Zapata y él, el caballo, rescata al general arrastrándolo y dejándolo al cuidado de una comunidad indígena.
En las últimas páginas de la novela, Belascoarán dialoga con un Zapata anciano y pobre que vive en una cueva en el DF. Éste es uno de los grandes momentos de Taibo II como escritor. La reconstrucción de las peripecias del Zapata oficialmente muerto que hacen Héctor y el propio Zapata es, al menos, deslumbrante. Las conclusiones a las que llega el anciano, crean el final más lúcido de toda la obra de Taibo II. La destreza con la que se elaboró el texto, así como la relevancia dentro de lo que podríamos llamar la reescritura de la historia por parte de Taibo II, justifican la extensa cita:
–El hombre que busco salió de Morelos en el año 19 por que ya no se le quería bien.
–Algo hay de eso…El gobierno no lo quería bien.
–Luego estuvo en el 26 en Tampico con un joven de Nicaragua que se llamaba Sandino.
–General de hombres libres, el General Sandino – afirmo el viejo.
(…)
–A mediados del año 44 entró a trabajar en el Mercado Dos de Abril. Se llamaba entonces Eulalio Zaldívar. Gran amigo de Rubén Jaramillo.
–Gran amigo de un compañero, el último de los nuestros
(…)
–Usted anda buscando a Emiliano Zapata – dijo al fin.
–Así es
Durante un instante el viejo continuó fumando, como si no hubiera oído la respuesta, los ojos más allá de la cortina roja, en la noche cerrada a las espaldas del detective.
–No, Emiliano Zapata está muerto.
–¿Está seguro, mi general?
–Está muerto, yo sé lo que digo. Murió en Chinameca en 1919 asesinado por traidores Las mismas carabinas asomarían ahora… Los mismos darían la orden. El pueblo lloró entonces, para qué quiere que llore dos veces
Héctor se puso en pie.
–Lamento haberlo molestado a estas horas.
Extendió la mano que el viejo apretó ceremoniosamente
–No hay molestia cuando hay buena fe.
Héctor cruzó la cortina.
Afuera, una noche negra, sin estrellas.(221-222)
Taibo II no da su versión de los hechos para subvertir en positivo el destino de los personajes que le agradan, sino para repensar el pasado. La visión pesimista de un Emiliano Zapata en la miseria, confirma, esta vez no sólo en voz de Belascoarán Shayne, el dibujo en el que Taibo II hace de la Historia (en mayúsculas) una concatenación de historias (en minúsculas) de perdedores que, no por quedarse solos, dejan de luchar, aunque desconozcan los resultados de su trabajo. En Primavera Pospuesta lo extrapola al ámbito literario:
Escribimos desde la sensación mutante de que nada de lo que se pone en el papel ha de alterar la historia, ni siquiera la historia personal, y sin embargo desde la clara percepción de que en medio de la selva urbana de antenas de televisión alguien nos escucha y todo está cambiando.(11)
Un comentario al margen: en la versión cinematográfica de Cosa fácil, además de las lagunas y la adaptación insatisfactoria, se decidió resumir el diálogo entre Zapata y Belascoarán que cierra la novela. Resulta más que misteriosa la decisión, sobre todo tomando en cuenta que Taibo II es co-guionista. Además de cierta amplificación inexplicable (la novela acaba minutos antes de que la película lo haga).
Cosa Fácil es también mucho más política que su antecesora, y de algún modo, marca la línea a las siguientes novelas.
Convendría recordar, por ejemplo, el momento en que Héctor, al encontrarse en una cantina a trabajadores de PEMEX (la compañía petrolera del estado), escucha que desde su mesa gritan:
–¡Qué chingue a su madre La Quina! –dijo un petrolero que jugaba dominó.
–¡Que la chingue! –contestaron a coro otros tres que bebían brandy en la barra.(12)
Joaquín Hernández Galicia alias “La Quina” fue hasta la llegada al poder de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el dirigente del sindicato petrolero, pero escándalos de corrupción, y el no haber apoyado a Salinas en su campaña presidencial, lo obligaron a salir de la directiva. El tema del sindicalismo es más que relevante en esta novela en la que Belascoarán Shayne se acerca a las huelgas y conflictos de dos sindicatos, uno independiente y el otro aliado a la patronal. Revisando el caso, piensa que “el estado había acumulado sobre sus espaldas la responsabilidad de generar violencia. El Estado o el sindicalismo charro.”(66)
Otro caso de realidad política insertada en la novela, ocurre cuando entre un cúmulo de cartas que Héctor revisa, encuentra una nota para que renueve su suscripción a Excélsior, que piensa no hacer “después de la mierda que se había vuelto.”(22) Como está más que documentado y lo resume bien Elena Poniatowska, en julio de 1976 “la prensa mexicana padeció el golpe más fuerte a su libertad de expresión conocido como ''El golpe a Excélsior" (…) Desde el poder presidencial, Luis Echeverría manipuló la asamblea de cooperativistas de Excélsior para sacar a Julio y terminar con una línea crítica e informativa que todas las mañanas le agriaba el desayuno.”(2)
Un detalle apolítico, pero curioso: Belascoarán reinicia una amistad con un antiguo compañero de colegio, que ahora conduce un programa radiofónico de madrugada. Entre las numerosas ocasiones que Héctor escucha el programa, en determinado momento el conductor anuncia:
Ahora, para abrir fuego, una canción de Cuco Sánchez que bien podría servir de himno a este programa.(117)
Aunque el acontecimiento es meramente incidental, resulta de cierto interés ver como en la primera transmisión de Radio Insurgente, en un programa especial, el Subcomandante Marcos repite la fórmula del amigo del detective Belascoarán:
Y sabiendo que voy a ser duramente criticado por este programa, recurro a Cuco Sánchez y esta rola que bien pudiera ser el otro himno de los zapatistas. Se llama… ¿cómo se llama? No soy monedita de oro.(3)
¿Casualidad? ¿Un apego sentimental exacerbado que hace a algunos mexicanos elevar a la categoría de himno las composiciones de Cuco Sánchez? Definitivamente.(4)
Un tema que en esta novela que también nos recuerda a Muertos Incómodos, y en general a la obra del Subcomandante Marcos, es que Belascoarán investiga en Cosa Fácil el asesinato de un homosexual. Y para referirse al asesinado o a los posibles cómplices, Belascoarán Shayne habla indistintamente de maricones y jotos.
Por otra parte no sólo es público el apoyo que el EZLN ha dado a los colectivos LGTB, sino que el personaje de La Magdalena que costruye Marcos, es un transexual. Aún así, siendo justos y evitando cualquier acusación infundada de homofobia de Belascoarán, Taibo II lo hace cuestionar su posición:
De repente se quedó pensando en que no sabía un carajo sobre los homosexuales. Que formaban parte de un mundo supuestamente tenebroso, del que sólo había oído medias palabras, que ni siquiera tenía idea de cómo hacían el amor los homosexuales (…) Mientras no molestaran a los normales, le importaba un cacahuate que cogieran como quisieran.
¿Y quiénes eran los normales? ¿Él, que había roto sus dos meses de abstinencia, recortada por dos o tres masturbaciones y un par de eyaculaciones nocturnas, haciendo el amor con una adolescente de brazo enyesado?(117)
Hay otro tema de relevancia en la historia del EZLN que aparece en Cosa Fácil: la teología de la liberación. Cuando Héctor Belascoarán encuentra a un sacerdote que tomó la opción de los pobres, lee en su oficina un cartel que reza: “CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO, LA PALABRA DEL SEÑOR LIBERA O ADORMECE. ¿CÓMO VAMOS A USARLA?”(210)
Esta doctrina eclesiástica, pregonada por el brasileño Leonardo Boff y ligada a las guerrillas centroamericanas, facilitó el establecimiento de los zapatistas en las comunidades indígenas. Es innegable que la organización que los jesuitas habían establecido entre los pueblos, les permitió permanecer tanto tiempo en la clandestinidad. Sin embargo, desde 1994 Marcos ha dejado claro su ateísmo y ha hecho lo imposible por desligar al EZLN de cualquier elemento religioso. Sin embargo, aunque en menos número de ocasiones, ha reconocido que “hay, es cierto, otra iglesia (…) que elige estar del lado de los marginados sin importar la festividad religiosa (…) esta otra iglesia camina de la mano de los pueblos indios y con ellos resiste y lucha.”(Febrero)
Por último quisiera comentar una estrategia de coerción que utiliza Héctor varias veces. Héctor necesita rescatar a una chica secuestrada y sólo conoce el nombre de la calle del hotel en el que la retienen, así que llama a todos dejando mensajes como este:
–Comuníqueme de inmediato con el gerente… con el encargado… entonces… ¿Bueno?... Dígales a sus amigos que tienen hasta las doce de la noche de hoy para soltar a la muchacha, si no, volaré el hotel en mil pedazos. No me ando con mamadas.(133)
En el epílogo de Muertos Incómodos, Belascoarán, quizá ante la impotencia de acabar con El Mal, empieza a hacer llamadas al azar. Entre ellas este mensaje que deja en una contestadora de una entidad financiera, sería el más ilustrativo:
–Oiga, les habla Jesús María Alvarado para decirles que si forma parte de su directorio un tal Morales, se anden con mucho cuidado, porque es un tipo muy nefasto, experto en fraudes financiero a la nación en los que trata de chingarse a la inmensa mayoría del personal para beneficio de los menos. Más o menos lo que ustedes hacen, pero en delictivo. O sea que muy mal rollo el tal Morales…
Universidad Autónoma de Madrid