María Teresa Jardí
De todas maneras no es que la usurpadora derecha fascista mexicana no exporte nada al mundo. La usurpadora derecha mexicana es el ejemplo, hoy, para lo peor del Imperio vecino, de cómo se deben hacer las cosas. Y así la campaña de odio contra El Peje es importada como el ejemplo, de ejemplos, para atacar a Obama.
Orgullosos debemos sentirnos los habitantes del patio trasero ---al que ya va a ser difícil ubicar como el habitado por las ratas, tomadas antaño como ejemplo de pobreza. Ni modo. Denigrados hemos sido a ser sólo el lugar donde habitan las cucarachas. Luego de que tan bien caracterizada, por los maestros, ha sido la Gordillo, comparada con uno de esos roedores que huyen de la peste en tanto la llevan encima para esparcir con ella la muerte. Muy orgullosa, sí, se debe sentir la usurpadora derecha mexicana tan a modo del corrupto sistema impuesto por los Bush y otros camaradas igual de poco probos que los Bush.
Claro que tampoco es que sea nada original la usurpadora derecha mexicana. Importada, había llegado aquí, la campaña inaugurada por Aznar en la era moderna de España. Y, claro, allá a Aznar le salió mal. Pero en las colonias ya se sabe que suele salir bien lo que decide hacer la Corona y más aún cuando es ella la conquistadora.
Orgulloso el fecalismo corruptísimo debe sentirse al poder demostrar al mundo que en México se pueden ejecutar 39 personas en un día, sin que se mueva ni la hoja de un árbol, y orgullosísimos los mexicanos al permitirlo.
Suponiendo que fuera cierto que las ejecuciones no son una limpia del usurpado Estado mexicano. No creo que nadie se atreva a negar que son una limpia. Pero... suponiendo, sin conceder, que se trata de una limpia de delincuentes a manos de otros delincuentes o incluso que se trata de una limpia de delincuentes cometida por las fuerzas del Estado encargadas de combatir la delincuencia, de todas maneras el legalizar la droga acabaría con la necesidad, digamos, de seguir con las limpias.
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